Leo y veo que entre los muchísimos que sienten que ganaron la exclusiva de la llegada de Gerardo Tata Martino a la dirección técnica de la selección mexicana de futbol, al día siguiente de su particular hallazgo, al ver que la FMF no reaccionaba en consecuencia y hacía oficial el anuncio, se ampararon en una frase que resulta tragicómica:
“Martino está a una firma de ser anunciado”…
En eso se escudan. Siempre estuvo y siempre estará, mientras no firme, a una firma.
¿Pues cuántas firmas se necesitan para llegar a un cargo como el que está en cuestión?
Hasta donde sabemos solo a una. Por eso mientras Martino no firme, no hay cabeza periodística que pueda y deba ser afirmativa. Eso es jugarle al listillo.
Habría que entender al mismo tiempo que una “exclusiva” en el campo periodístico es una nota que solo uno, un periodista y un medio, puede dar. Si son dos ya no es “exclusiva”. Ni aquí, ni en ningún otro país.
Esto, que resulta de una elemental obviedad, se olvida a destajo en el medio periodístico mexicano. Con un desparpajo que se acerca al cinismo, se atribuyen como exclusivas entrevistas que un personaje va replicando por todos los medios… O se anuncian exclusivas basadas en versiones de una obviedad primaria.
Poco o nada que venga de alguna investigación propia y profunda. De vuelta al tema Martino lo que hay que esperar es a que quienes lo van a firmar se pronuncien y actúen. O a que el propio entrenador, que hoy sigue empleado en la Major League Soccer de Estados Unidos, diga algo en ese sentido.
Mientras, que el que quiera siga haciéndose el listo, presumiendo tener más información que todos. De pronto hasta entiendo que detrás de lo que de pronto he juzgado como lentitud de la FMF, lo que hay es una actitud juguetona con esos exclusiveros. Nada más los andan probando. Les sueltan “información” cuando quieren, pero no les dan el final de la obra