Con Presupuestos o sin Presupuestos. El Gobierno ya puso encima de la mesa la semana pasada su decisión de tratar de agotar la legislatura aunque para ello sea vea obligado a prorrogar los Presupuestos de 2018, negociados y aprobados por el PP y Ciudadanos. Esa decisión de gobernar sin lograr aprobar el proyecto de Presupuestos traería implícita una consecuencia: no habría debate en el Congreso de los Diputados sobre el proyecto presupuestario porque el Gobierno no quiere arriesgarse a ser derrotado en el Congreso en el debate de Presupuestos: «No tendría mucho sentido», reflexiona un miembro del Ejecutivo. Es decir, si el Gobierno finalmente decide presentar las cuentas será un signo inequívoco de que piensa que las cuentas pueden salir.
En la estrategia del Gobierno para el acotado mandato que Pedro Sánchez tenía por delante se tenía la presentación de las cuentas como un proyecto crucial para presentar una agenda política alternativa al PP. Si finalmente no hay presentación del libro amarillo en el parlamento esa posibilidad se perdería.
Pero miembros del Gobierno entienden que ese objetivo «se ha cumplido ya» con la visibilización del acuerdo con Unidos Podemos. Y podrá seguir insistiéndose en esa idea mediante los debates que el Ejecutivo plantearía en el Congreso a la hora de convalidar los reales decretos leyes con los que pretende impulsar su agenda política en caso de no tener aprobadas las cuentas de 2019. Además de que ya se prepara por parte del Ejecutivo un decreto-ley para subir el salario mínimo desde comienzos de año.
La idea de la ministra de Hacienda era llevar el proyecto al Congreso pasado el puente de la Constitución. «La intención del Gobierno es llegar a alianzas que permitan aprobar el Presupuesto», declaró ayer. Pero sonando menos contundente de lo que en ella es habitual. Algo más de tiempo es el que se tiene pensado dar Sánchez para decidir si intenta o no aprobar los Presupuestos. En ese sentido se apunta a dos fechas como momentos claves en los que el presidente del Gobierno medirá sus fuerzas.
La primera el 12 de diciembre, en el debate monográfico en el Congreso sobre Cataluña. Y la segunda el 21 de diciembre, cuando el Consejo de Ministros se reúna en Barcelona. Sánchez desea reunirse en ese momento con Quim Torra. Si el encuentro no se produce, el Gobierno hace días reconocía que no se daban las condiciones, sería un mal termómetro de las posibilidades de aprobar las cuentas.
