Esperar que Dolores Delgado hiciese un comunicado oficial condenando el ataque a la vivienda del juez Pablo Llarena era tan difícil e ilusorio como va siendo ya encontrar un ministro de Sánchez que no haya creado una sociedad mercantil para aliviar su esfuerzo fiscal, ese que luego depara hospital y escuela a los españoles. La página oficial del Ministerio de Justicia abría ayer informando de una reunión de la ministra con los médicos forenses. Ni media palabra, ni al menos un «me parece mal», emitió ayer Delgado sobre el «raid» de un CDR, de esos a los que Torra ordenó «apretar», contra la casa del magistrado que instruye la causa contra los golpistas. Naturalmente, ni una detención, pese a que hay hasta comunicados oficiales del grupo que reivindicó el ataque. No cabía esperar nada de los Mossos bajo el control de Torra, pero el Ministerio del Interior podía haber ordenado pesquisas para dar con los autores.
Incluso tuvieron que ser unos voluntarios los que, espátula y disolvente en mano, limpiaran la amenazante «obra» de los separatistas. «Con caretas de un pintor español y catalán, Dalí, limpiamos lo que la administración todavía no ha hecho». Hacen bien en ocultar su identidad, teniendo en cuenta que si la administración no protege a un magistrado del Tribunal Supremo, malamente les iba procurar a ellos, ciudadanos de a pie, protección.
La inacción del Gobierno en todo lo referente a los desmanes, políticos u operativos, de la banda del lazo, a ese intento de imposición del pensamiento único en Cataluña para acorralar a los no afines, tiene que ver seguramente con el peaje que debe pagar Sánchez por haberle despejado el camino a La Moncloa. Se acumulan los indicios. Ayer mismo, el PSOE se oponía en la Asamblea de Madrid a que se impida un posible indulto a quienes resulten condenados por rebelión. Más. El Ejecutivo socialista varía la tradicional postura del Estado español con Kosovo y abre un portillo por donde colar, bandera e himno oficial en mano, el reconocimiento internacional de un territorio declarado independiente por la vía unilateral. Daban saltos de alegría en los CDR catalanes con este precedente balcánico.
Los esfuerzos del sanchismo por hacerse el simpático a ojos de los separatista son inversamente proporcionales a la defensa activa de lo que tiene que ver con la unidad de España, que cada vez tiene peor pinta. Bien mirado, quizá la reunión de Delgado con los forenses no sea tan mala idea...