Solari, poco a poco, se le va poniendo cara de Zidane. Hay muchas cosas en la llegada del argentino al banquillo blanco que recuerdan al aterrizaje de Zizou, aunque la montaña que debe subir el actual técnico todavía es alta y muy empinada. De momento, ha recuperado la sonrisa y el discurso fluido ante los medios, lo mismo que hizo el francés después de la etapa de Benítez. Es cierto que Zidane nunca tuvo el cartel de provisional, pero esta denominación no incomoda a «Santi», que insiste en «enfocarse» sólo en el siguiente partido.
Y el próximo es hoy, esta noche, en Vigo, la plaza más complicada en la que deberá desplegar su pizarra el nuevo entrenador durante estos primeros cuatro partidos post Lopetegui. Cuando ascendió Solari al primer equipo, se dio por hecho que su etapa se acabaría justo antes del parón, después de la visita a Balaídos, pero la cosa no es así, al menos, si no se produce una catástrofe.
Tanto en las oficinas directivas como en el vestuario están muy contentos con el trabajo que ha hecho el argentino estos días y el deseo es que siga al mando en lo que queda de temporada. Evidentemente, serán los resultados los que dicten sentencia, pero eso es algo a lo que no escapa ni el más «top» de los técnicos. Por eso, el examen de Balaídos no es un ultimátum para el ex centrocampista. Se trata más bien de un test que puede aprovechar para subir la nota que le han puesto hasta ahora.
Solari ha mostrado buena mano con los futbolistas en el vestuario y cintura a la hora de hacer las convocatorias y alineaciones. Ha escogido a los jugadores que mejor estaban para construir los onces titulares y se ha atrevido sin complejos con Reguilón y Vinicius, algo que la dirección deportiva le pedía a Lopetegui. El equipo no ha recibido gol y ha marcado once, por eso este cuarto partido de la serie se ve como el ideal para reforzar todos los pasos dados hacia adelante con una victoria de más peso que las anteriores.
Ni Marcelo ni Carvajal
Los dos lesionados que llevaban más avanzada la recuperación no llegaron finalmente a tiempo para entrar en la convocatoria y no podrán reforzar una defensa que lleva varios partidos jugando con lo justo más Javi Sánchez en el banquillo. Vuelve a quedarse fuera Llorente, el único jugador disponible que no entra en la citación, y repite Vinicius, un habitual desde que hubo cambio en el banquillo.
También está Bale, al que el técnico le pidió ayer que se atreva más, que no se corte y despliegue todas sus habilidades. «Bale debe comerse el escenario cada vez que juegue, como ante el Viktoria». Solari, como hacía también Zidane, se quitó del foco de los méritos y lo puso en sus futbolistas, de los que elogió su compromiso. «El fútbol les pertenece a ellos», dijo. El banquillo blanco, por ahora, es suyo.