El juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Sevilla ha ordenado en la tarde de este miércoles el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza del hombre detenido el lunes por agredir a su pareja y al hijo de ésta, de sólo dos años, en el barrio de Torreblanca. Asimismo, ha acordado la misma medida para el hermano del principal implicado, que se había entregado este martes a la Policía.
El juzgado les atribuye dos presuntos delitos de detención ilegal, un delito de lesiones respecto al menor, otro de maltrato respecto a su madre y un delito de trato degradante. El detenido en calidad de autor de los hechos es Joaquín T. M., alias «El Caramelito», de 27 años y pareja de la madre del niño. Su hermano Jairo T. M., de 18 años, está siendo investigado como cooperador necesario.
La denuncia que desencadenó la actuación de la unidad especializada en los delitos en el ámbito familiar, la UFAM, partió de la abuela del niño, quien acudió a la Policía después de llevar varios días sin saber nada de su hija y del pequeño. Antes de acudir a la comisaría este pasado fin de semana, había estado en la vivienda que compartían las víctimas con El Caramelito y su hermano Jairo en la calle Central I de Torreblanca. Éste último le dijo que su hija estaba en el hospital porque el niño se había puesto malo. Una mentira que pronto se descubrió tras acudir a los centros hospitalarios de la ciudad.
El falso rumor del bate
La Policía Nacional dio pronto con el niño y su madre, que se habían refugiado en un piso de una amiga en la calle Sauce, muy cerca de su domicilio donde habían estado retenidos durante varios días, según la denuncia. De esa vivienda fueron llevados al hospital Virgen del Rocío este domingo, donde la madre recibió a las pocas horas el alta mientras que su hijo permanece ingresado aunque fuera de peligro. El pequeño presentaba hematomas y heridas de diversa consideración.
Los bomberos tuvieron que acudir el lunes de madrugada, antes de producirse la detención de El Caramelito, a la vivienda de la calle Sauce donde habían estado retenidos madre e hijo porque se produjo un incendio pequeño. Se sospecha que alguien pudo tratar de destruir pruebas.
En un primer momento se difundió el rumor de que las víctimas habían sido golpeadas con un bate de béisbol. Un dato que fue rápidamente desmentido por la Policía Nacional. Sin embargo, ha seguido circulando distorsionando el alcance real de las lesiones que presentaban la madre y el niño. Las mismas fuentes policiales detallan que se desconoce qué objeto pudo emplear el agresor y que las heridas son compatibles con un elemento contundente como un palo de escoba.
