Hoy en día “tenemos un régimen fiscal que permite que las Fibras —fideicomisos de infraestructura y bienes raíces— nazcan, pero no uno que fomente que operen de manera correcta. El esfuerzo inicial de 2005 y los cambios siguientes que permitieron el surgimiento de la primera Fibra en 2011 no han acompañado de manera correcta a este segmento para que opere de forma eficiente”, afirmó Jorge Correa, socio de Creel, García-Cuéllar, Aiza y Enríquez.
Lo primero que hace falta es que la regulación de las Fibras sea parte de la ley y no de regulaciones secundarias. También es importante que se reconozcan las diferencias entre los subsectores, porque no es lo mismo una Fibra hotelera que una industrial. Otro tema que “tendría que estar sumamente claro es la interacción de las Fibras con cualquier otro instrumento financiero, intermediario financiero o posible inversionista. La idea es que nadie te diga que no invirtió en la Fibra porque no sabe si pagó muchos o pocos impuestos, todo debería de ser transparente”, agregó.
El régimen fiscal está hecho a propósito para distribuir rendimientos, como la estructura de la Fibra no paga impuestos sobre la renta, de ahí la distribución obligatoria. Pero al igual que Salvador Cayón, presidente y director general de Fibra Shop, Correa aseguró que es imposible que las acciones de las Fibras suban de forma continua y tengan buenos dividendos, porque “no se puede estar embarazada y dar a luz al mismo tiempo”.
A mediados de 2018 “por primera vez se reguló lo que pasa en el mundo de los impuestos cuando un fondo de inversión invierte en una Fibra. No se puede creer que esto se esté regulando en 2018 cuando tenemos siete años con las Fibras”.
Expertos hablarán mañana, 8 de noviembre, de estos temas en MILENIO Foros.
