Cada vez menos jóvenes estudian Religión Católica en el País Vasco. Solo en la última década se ha registrado una caída del 25% en el número de matriculados, que a día de hoy ni siquiera alcanza los 20.000. Bajo este pretexto, muchos colegios e institutos públicos han dejado de impartirla: casi tres de cada diez, apuntan los sindicatos. Si bien la administración autonómica asevera que este cambio de tendencia se debe a la voluntad de los propios padres, algunas asociaciones han levantado la voz para denunciar las supuestas presiones de los centros para impedir que los alumnos se inscriban en esta asignatura, cuya oferta sigue siendo obligatoria.
Actualmente, en la Comunidad Autónoma vasca hay alrededor de 140 colegios e institutos públicos en los que se imparten «cero horas» de Religión Católica. La mayor parte se ubica en Guipúzcoa, que alberga 70 centros «laicos». Es decir, casi el doble que Vizcaya y Álava. Los datos, facilitados por los sindicatos y confirmados por la administración autonómica, revelan también que siete de cada diez escuelas en las que no se estudia la asignatura confesional son de Primaria. La incidencia es muy semejante en el plano de la Educación privada o concertada, que representa casi el 50% de la red del territorio.
Consultados por las posibles razones de la caída de las matriculaciones en Religión, los centros públicos con los que se puso en contacto este periódico, entre ellos CEIP Etorkizuna de Abanto y Ciérvana (Vizcaya), alegaron que no pueden «decir nada» sin el expreso consentimiento de la administración: «Son ellos los que tienen los datos», explicaron. Tampoco las respuestas del Gobierno autonómico lograron despejar las dudas. En este sentido, fuentes oficiales del departamento de Educación achacaron el rechazo a la Religión a «la voluntad de las familias», y aseguraron que la materia «se oferta como optativa a través del sistema de matriculación».
Una valoración que no comparten las diversas organizaciones que, a lo largo de los últimos años, han denunciado la «cruzada laica» en la que a su parecer se encuentran inmersos muchos centros del territorio. Al respecto, autoridades sindicales aseguran que se usan «prácticas muy sutiles» para erradicar la Religión de los colegios, dado que esta materia es de oferta obligatoria. Así quedó establecido en la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE), que subraya que han de ser los propios alumnos los que decidan de forma «voluntaria» si desean o no estudiarla.
Sin embargo, fuentes sindicales aseguran que en algunos colegios se cometen «todo tipo de irregularidades» para impedir que los padres marquen la casilla de Religión en la prematrícula: «El asunto es muy complicado -destacan-. Pero hay centros en los que ha tenido que intervenir Inspección porque las pruebas han sido muy evidentes».
¿Cómo se ha conseguido que el número de matriculaciones haya caído hasta mínimos históricos? Según Ramiro Pascual, cuya organización, Bagara, está destinada a preservar el derecho de los padres a que sus hijos reciban educación religiosa, en algunos casos se ha llegado a presionar a las familias para que desistan de inscribir a los jóvenes.
Primero, destaca, se cuelgan pancartas en el tablón de anuncios de las ikastolas en las que se anima a desapuntar a los niños de la clase. Hay padres y madres que incluso han recibido llamadas del centro en la que se les advertía de que el alumno «iba a estar solo» en el aula: «Les dicen que lo van a señalar, que lo van a marcar, que va a ser el único que va a tener que ir por la tarde mientras los otros no hacen nada -explica Pascual-. Esto a lo mejor se lo decían a varias familias, no sabían cuántos se iban a inscribir».
Existen casos «flagrantes», puntualiza el presidente de Bagara. En Baracaldo, por ejemplo, una ikastola que ofrece «cero horas» de Religión está bordeada por otros dos centros que sí llenan las aulas de alumnos. Por otro lado, hay escuelas que de un año a otro pasaron de recibir cientos de peticiones de esta asignatura a apenas unas decenas, que además aparecían como rechazadas. «¿Qué ha pasado? -se pregunta- ¿Es que la gente se ha vuelto atea de ayer a hoy?». La respuesta, añade, es que se ha «ido minando de una manera muy sutil» la moral de los padres y de los propios alumnos para que no protesten por la ausencia de la materia. De hecho, son muy pocos los padres que «se atreven» a denunciar esta situación.
A todo ello se suman las presiones de algunos sindicatos y Asociaciones de Madres y Padres (AMPA) que emplazan directamente a los progenitores a desapuntar a los jóvenes que ya estén registrados: «Os invitamos a no rellenar la hoja que os llegará próximamente para elección de Religión, y en el caso de que ya estéis apuntados de otros años, os invitamos a dar de baja a vuestras hijas pasando por dirección», recoge una de las octavillas que circularon por un céntrico colegio bilbaíno.
La AMPA de otro colegio de Bilbao, en este caso situado en el barrio de Santuchu, expone en otra cuartilla que solo el 25% de los escolares de Infantil y Primaria optan por Religión, y añade: «En el caso de que ningún alumno la eligiese, podrían organizarse en el centro otro tipo de actividades informativas de las que todos los niños y las niñas podrían beneficiarse».
Más allá de las prácticas en las que supuestamente incurren varios colegios públicos, Pascual lamenta el abandono que ha padecido de una administración que «mira para otro lado» y siempre apunta a la secularización para excusar el fenómeno. «La consejería ni nos ha respondido a los escritos que les hemos mandado, no nos han escuchado -argumenta-. Como normalmente los católicos no somos tan belicosos por aquello de que si te dan una bofetada pones la otra mejilla para que te den otra… Eso se lo han aprendido muy bien».