El 26 de febrero, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, celebró el comienzo de la preventa del Petro, la criptomoneda diseñada por el Gobierno venezolano para intentar esquivar las sanciones impuestas por Estados Unidos. Han pasado ocho meses desde entonces, y el petro ha dejado de ser una moneda fantasmal para convertirse en una moneda fantasmal que ofrece documentos sellados a las (pocas) personas que manejen divisas y que se acerquen a una oficina gubernamental de Caracas. El petro ya tiene presencia física, pero su existencia como moneda real sigue dejando muchas dudas.