Pocas veces en el plenario de Naciones Unidas, quizás nunca, el imperio recibió diez derrotas en seguidilla. La votación este jueves de la resolución cubana contra el bloqueo y las 8 enmiendas “del conjuro” que presentó Estados Unidos quedará para la historia como un épico momento de dignidad de la comunidad internacional, un bochorno de marca mayor para la política exterior estadounidense y una gran victoria de la diplomacia revolucionaria cubana.