El lunes, cuando la web Moncloa.com publicó audios del marido de la diputada ‘popular’, Ignacio López del Hierro, charlando con Villarejo, Cospedal emitió un comunicado que podría acabar volviéndose en su contra. “Se trata de conversaciones en las que Villarejo cuenta a un particular lo que él considera que está ocurriendo con asuntos que se están conociendo en ese momento y que tienen que ver con personas vinculadas al PP”, dice en la nota y más adelante continúa: “Lo que está claro es que los temas de los que se habla están todos judicializados desde hace nueve años”. Es decir, ella misma admite que lo que Villarejo y su marido compartieron eran investigaciones de corrupción relativas a su partido que por la fecha, 2009, estaban relacionadas con los casos Gürtel y Brugal que por aquél entonces estaban bajo secreto de sumario.
El artículo 262 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal establece que “los que por razón de sus cargos, profesiones u oficios tuvieren noticia de algún delito público, estarán obligados a denunciarlo inmediatamente al Ministerio fiscal, al Tribunal competente, al Juez de instrucción y, en su defecto, al municipal o al funcionario de policía más próximo al sitio si se tratare de un delito flagrante”. De ahí que Cospedal, en su día, (siendo secretaria general del PP, senadora, diputada autonómica y abogada del Estado de profesión) y el propio medio que ha publicado los audios, en la actualidad, puedan haber incurrido en un delito, motivo por el cual Moncloa.com entregó el mismo lunes los audios al Juzgado Central 6 de la Audiencia Nacional que investiga la Operación Tándem en la que se investiga a Villarejo por hasta catorce delitos de corrupción.
La trama puede complicarse aún más si, tal y como ha anunciado el director de Moncloa.com en declaraciones a La Sexta, sigue adelante la serie con nuevos contenidos que demuestren de qué hablaron exactamente Cospedal y Villarejo en la sede de la calle Génova, a donde condujo López del Hierro al excomisario para que se reuniera con su mujer. Eso es lo que hemos sabido este martes a través de una nueva tanda de audios fechados el 21 de junio de 2009. Según lo que se escucha, Villarejo accedió a la sede del PP camuflado en un coche oficial del partido y subió directamente a la séptima planta desde el parking. Su entrada no dejó ningún registro y los tres involucrados en la cita aprovecharon el horario de verano para verse cuando apenas había gente en el edificio.
Una estrecha relación con López del Hierro hasta llegar a Génova 13
Villarejo estaba muy preocupado de que nadie supiera de su presencia allí y en los audios se oye a Cospedal tranquilizándolo: “No hay nadie ahora (…) esta planta está en obras y aquí no hay nadie. Aquí estamos solo Mariano (Rajoy) y yo, y ahora no está, o sea que no hay nadie (…) no debe saberse (el encuentro). Que yo soy la primera que a mí también se vendría abajo, sería absurdo”. Pactaron confidencialidad absoluta mientras el comisario lo estaba grabando todo. La conversación entre ambos duró más de una hora y media y hoy solo se han publicado los fragmentos previos y posteriores a la reunión, por lo que es de esperar que haya nuevas entregas en los próximos días.
Antes de ese encuentro, Ignacio López del Hierro y el polémico comisario llevaban un mes viéndose en una cafetería de Madrid. En esas citas el marido de Cospedal recibía información privilegiada sobre el caso Gürtel y otros chivatazos, como se desprende de los audios publicados el lunes. En uno de los audios se escucha a Villarejo decir: ‘Vamos a ver si conseguimos parar hasta septiembre lo de los pagos esos en B’. Que estamos ahí parados, macho, pero parados. Te acuerdas que… el calendario, afortunadamente, (…) mucho caso, que era conseguir cerrar el tema de Camps y si sale lo de la financiación ilegal, pues que se coma el marrón alguno de ellos”, asegura el excomisario. El ‘tema de Camps’ al que se refiere es la causa de los trajes, que acabó siendo archivada en agosto de 2009. “Como Camps convoque elecciones, arrasa”, señala López del Hierro.
En otra de las grabaciones, después de una cena en la que ambos interlocutores hablaron del enfrentamiento de Luis Bárcenas con mandos policiales en un restaurante, en la que el excomisario pide “un toque al Barbas” (Rajoy) para que “tranquilice” a (Bárcenas) porque “fíjate qué espectáculo”, López del Hierro telefoneó a Villarejo. El empresario le traslada al policía que su esposa quiere saber por la situación del extesorero popular. “¿Tú crees que van a más con esto?”, pregunta López del Hierro. “Eh… sí. Hay chicha, muy mucha chicha”, contesta Villarejo. “Él (Bárcenas) piensa que tiene controlado y justificado lo suyo aquí dentro”, sigue Villarejo, “pero hay mucho dato fuera. Hay mucha chicha. Ya te digo, estaba en una buena línea, pero ahora hay que dedicarle otro mes a comerle el tarro al pavo, para decirle que no sea tan borde”. “¿Tú crees que el juez le imputa?”, pregunta el empresario. “Yo creo que sí”, responde el excomisario.
Carmen Calvo: "Quien a hierro mata, a hierro muere"
La gravedad de la confabulación que reflejan estos audios podría frustrar la eventual aspiración de Cospedal a liderar la candidatura del PP a las elecciones europeas, tras haber renunciado a luchar por la alcaldía madrileña en las próximas elecciones municipales. De momento, la exministra y exsecretaria general es diputada en el Congreso y sin duda va a tener que escuchar peticiones para que renuncie al acta. De momento, su aparición en las grabaciones del excomisario ha provocado una condena unánime de las fuerzas políticas salvo la suya que, no obstante, tampoco la ha respaldado con demasiado entusiasmo.
La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, ha resumido gráficamente la situación con esta frase: "Quien a hierro mata, a hierro muere". Calvo se ha referido de esta manera a la persecución a la que el PP ha estado sometiendo a la ministra de Justicia por unos audios de una comida con Villarejo en los que no se abordaba ningún asunto de trascendencia política ni judicial, aunque los términos de las conversaciones fueran poco edificantes. Calvo ha considerado que "está claro" que la reunión entre el excomisario Carlos Villarejo y la entonces secretaria general del PP fue para "entorpecer la acción judicial" en las causas que investigaban al partido. A su juicio, esta formación "ha ido tan lejos y tan disparatadamente a colocar la política española en una batalla campal, que ahora recibe en bumerán los efectos de lo que ha provocado".
El líder de Podemos, Pablo Iglesias, ha afirmado hoy que si el PP en su día pidió la dimisión de la ministra de Justicia, Dolores Delgado, por reunirse con el excomisario José Villarejo, ahora también tiene que exigir la dimisión de María Dolores de Cospedal por las mismas razones. “Creo que los políticos que llegaban a pactos con Villarejo para tratar de irse de rositas no deberían estar en esta Cámara", ha dicho Iglesias sobre la información del portal Moncloa.com, según la cual en julio de 2009 Cospedal recibió a Villarejo, ahora encarcelado por el caso Tándem, en su despacho en la sede de la calle Génova.
Por segundo día consecutivo, el líder del PP, Pablo Casado, ha eludido pronunciarse sobre este asunto pese a la insistencia de los periodistas en interpelarle. La vicesecretaria de Estudios y Programas, Andrea Levy, ha hecho lo mismo que la vicesecretaria de Comunicación del PP, Marta González, el pasado lunes. Esto es, ambas se han desmarcado remitiéndose al comunicado de Cospedal y escudándose en que se trata de temas antiguos que ya están judicializados.
Cospedal solo ha recibido el apoyo cerrado de la portavoz ‘popular’ en el Congreso, Dolors Montserrat. "Tiene todo nuestro apoyo", ha dicho hablando en nombre del grupo parlamentario. Montserrat ha recurrido a la vieja técnica de la huida hacia adelante o de la mejor defensa es un buen ataque para subrayar que el ‘caso Cospedal’ no tiene "nada que ver" con el de la ministra de Justicia, Dolores Delgado, que "ha mentido una y otra vez en esta Cámara ante todos los españoles", al no reconocer al principio que conocía a Villarejo
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