Donde hoy está Rosarito, estuvo la antigua Misión de San Arcángel de la Frontera. Con el tiempo cambió su nombre a El Rosario. A finales del siglo XVIII, fue registrado oficialmente como Rosarito y, desde 1995, es un municipio de Baja California.
Ubicado en el llamado Corredor Turístico Tijuana-Ensenada, Rosarito es un destino turístico que ofrece diferentes atractivos para todas las edades y gustos. Como pesca deportiva, surfing, buceo y playas.
“Conocido por los amantes del surf, como el Kilómetro 38.5, es el punto donde se encuentra una de las playas más populares para practicar este deporte”, asegura la Oceanóloga Rosa María Plascencia, y gran impulsora del turismo.
Entre otros desarrollos turísticos de Rosarito, destacan: la villa histórica y mágica de Calafia, visitado por cerca de 250 mil turistas al año; Popotla, pintoresco poblado de pescadores, ideal para comprar y comer mariscos frescos; La Misión, playa pública para acampar; y Puerto Nuevo.
Respeto por la vida marina
En Bahía del Descanso, el 21 de noviembre de 2015, fue hundido el buque Uribe 121 de la Armada Mexicana. Primera generación de patrullas oceánicas de vigilancia y hoy primer arrecife artificial en la región.
“El Parque Submarino Rosarito, informa la Oceanóloga, es un proyecto en vías de desarrollo, en el que participa el Centro de Investigaciones Científicas y Educación Superior de Ensenada”. Además de monitorear la vida marina, este desarrollo incluye un cementerio de barcos, un jardín de esculturas, el Museo del Arrecife, entre otros espacios.
“A través de una Fundación El Parque está vinculado al Sistema Educativo Estatal, con la finalidad de dar a conocer qué es el mar e inculcar respeto hacia él, en escolares de primaria y secundaria, principalmente”, comparte Rosa María Plascencia quien también es restauradora y forma parte de la Fundación de Arrecifes Artificiales.
La capital de la langosta
Puerto Nuevo, no es un puerto en realidad, lleva ese nombre pues en los 40 se hacía referencia de ubicación, de esta villa pesquera, sobre una cartelera publicitaria de cigarros New Port (Puerto Nuevo), lo que motivó a la gente a darle ese nombre.
“Ubicado sobre la carretera escénica a Ensenada, Puerto Nuevo se ha convertido en una parada obligada para quienes visitan Baja California”, afirma Rosa María, quien es una gran impulsor de del turismo del lugar.
La historia se remonta a 1950, cuando los pescadores solían ofrecer a los visitantes langosta frita en manteca, acompañada de frijoles, arroz, tortillas de harina, mantequilla y salsa.
Con el paso de los años, el platillo se convirtió en una tradición, que hoy convoca a numerosos turistas, durante todo el año a este sitio de calles empedradas, con decenas de restaurantes, cafés y locales de artesanías.
Langostas certificadas
En Rosarito se sirven cerca de cien mil langostas todo el año. “La temporada de veda empieza a mediados de febrero y termina a finales de septiembre, informa la especialista. Por lo que durante estos meses, es necesario traer langostas de otras partes de la región, incluso del país, como el Golfo de México o el Caribe”.
La Federación Regional de Sociedades Cooperativas de la Industria Pesquera Baja California, es la primera en América Latina, en obtener la certificación del Consejo para la Administración Marina. De esta manera, “el consumo de langosta certificada de Baja California, da a comensales y proveedores la oportunidad de apoyar prácticas de pesca sustentables, contribuir a la salud de los océanos, así como a la del medio ambiente”.
Visitar Rosarito, hospedarse o acampar en sus playas; disfrutar de actividades recreativas; de la buena comida; y probar la tradicional “langosta a la mexicana”, es una gran experiencia que todos los años atrae a miles de turistas.
REPL