El presidente de Castilla-La Mancha, el socialista Emiliano García-Page, ha vuelto a poner de manifiesto la existencia de dos almas en el PSOE en lo que respecta a la cuestión territorial y la relación con los independentistas. García-Page ha anunciado hoy durante el debate del estado de la región que va a proponer al Gobierno que se garantice que la asignatura de Historia de España sea homogénea en el conjunto del país
«para que ningún independentista pueda inventarse la historia de este país»
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Este planteamiento lo ha hecho compatible García-Page con el rechazo al planteamiento del PP de que la competencia de Educación vuelva a la Administración Central porque significaría «una distorsión enorme para la inmensa plantilla de profesores», defendiendo que «sería muy grave lanzar el mensaje de que porque algunos independentistas manipulen los libros de texto, el resto de las comunidades que ahora gestionamos mucho mejor la educación tengamos que pagarlo».
El barón socialista ha manifestado que planteará al Estado «dentro del pacto por la Educación a nivel nacional» que se proceda a la «revisión de todos los libros de texto para que los independentistas no reescriban la historia». El presidente de Castilla-La Mancha ha asegurado que su Gobierno no va a estar «cruzado de brazos» ante el independentismo y «mucho menos ante el egoísmo que se esconde detrás del independentismo en Cataluña».
«Estamos dispuestos a ir por delante en esta propuesta porque tenemos una responsabilidad, somos la tierra de Cervantes, somos el centro de un idioma como es el español», ha dicho García-Page en relación a este tema, aclarando que lo que propone es una iniciativa que tenga alcance nacional, que se apruebe en Castilla-La Mancha para que se discuta en España y que consistiría en encargar al Consejo Escolar del Estado, dentro del pacto por la educación a negociar, «un proceso de revisión y armonización de los libros de texto en toda España para que ningún independentista se invente la historia de España».