El pulso que el Gobierno de Italia mantiene con la Unión Europea (UE) está obligando a los principales actores del mercado a asumir sus papeles como guardianes del sistema. Si el viernes la agencia Moody's lanzó una sutil advertencia al díscolo Ejecutivo calificando la deuda del la tercera economía del club comunitario solo un escalón por encima del bono basura, este martes el banco de inversión Goldman Sachs se ha mostrado más contundente y ha asegurado que el mercado tendrá que aumentar la presión sobre el Gobierno para que cambie de rumbo.