El Mundial de fútbol de Rusia, disputado del 14 de junio al 15 de julio pasados y en el que la selección de Francia logró el título, tuvo un impacto del 1 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) anual en la economía del país organizador en el período 2013-18, según un estudio del Comité Organizador.
"El efecto total del Mundial en la economía rusa, de 2013 a 2018, fue de 952.000 millones de rublos (unos 12.555 millones de euros), o un 1 por ciento del PIB anual", consta en el informe al que ha tenido acceso la agencia Sputnik.
Este resultado es equiparable al que logró Japón gracias a la Copa del Mundo de 2002, y superior al de la coanfitriona de aquel campeonato, Corea del Sur, y otras sedes recientes como Alemania en 2006, Sudáfrica en 2010 y Brasil en 2014.
Buena parte del efecto corresponde al bienio de 2017-18, cuando el incremento del PIB de Rusia derivado de los preparativos y la celebración del torneo fue del 0,4 por ciento anual.
De aquí a los próximos cinco años, el Mundial surtirá un efecto estimado entre 150.000 y 210.000 millones de rublos (entre 1.978 y 2.770 millones de euros), en particular gracias al desarrollo del turismo. Según el informe, Rusia gastó 688.000 millones de rublos (9.074 millones de euros) en celebrar el campeonato.
A finales de septiembre, el CEO del Comité Organizador de Rusia 2018, Alexey Sorokin, exhibió el éxito de organización del campeonato en la segunda jornada de World Football Summit, el Congreso Internacional sobre la Industria del fútbol celebrado en Madrid.
"El poder unificador del fútbol es evidente. Los aficionados de todo el mundo han mejorado la percepción que tenían de Rusia y quieren volver. No hay un manual sobre cómo organizar un Mundial, pero nuestra receta era sencilla: 'Queríamos hacer feliz a todo el mundo'", afirmó Alexey Sorokin.
Sorokin informó de que el PIB de Rusia creció un 0,3 por ciento más gracias a la celebración del Mundial de fútbol, se vendieron algo más de 3 millones (3.031.768) de entradas, la ocupación media de los estadios fue del 98 por ciento y éstos tuvieron un promedio de 47.371 espectadores por encuentro.
Además, más de 1.000 millones de telespectadores vieron la final Francia-Croacia y más de 400.000 aficionados disfrutaron de transporte gratuito en 734 trenes gracias, entre otras cosas, a la identificación FAN ID, un 'carné' del aficionado que no requería de visado para entrar en el país. Estos podrán regresar a Rusia hasta fin de año tan sólo con volver a llevar esta documentación.
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