La figura de Montserrat Caballé como leyenda de la ópera se sostiene sobre la base de su arte, que la eleva al Olimpo operistico junto a las otras dos grandes figuras de la cuerda de soprano en la segunda mitad del siglo XX, Maria Callas y Joan Sutherland. La intérprete española lega una discografía con lo mejor de su talento, algunas con la consideración de históricas e inigualables, una excelencia que opaca cualquier reproche que se le pueda hacer a la Caballé humana: las diosas del canto también pecan.
Recopilamos aquí, en una tarea sin duda incompleta, un puñado de razones por las que reconocer en Caballé a una de las artistas imprescindibles del pasado siglo en el universo operístico.