Según pasan los días, crece también el malestar social e institucional en Castilla y León con la actitud de la multinacional danesa Vestas. Tras el fallido primer encuentro entre los representantes de la compañía con la ministra Teresa Ribera el pasado lunes en Madrid, desde la Junta han decidido pasar al ataque, ante la sensación que se tienen en el Gobierno Herrera de que la empresa no tiene pensado dar marcha atrás a su decisión de cerrar la planta de Villadangos del Páramo y dejar en la calle a casi cuatrocientas familias.
Lo decía ayer, clara y contundente, la consejera de Economía y Hacienda, Pilar del Olmo, durante una entrevista a Onda Cero: «Vestas ha tomado el pelo a Castilla y León y a todos los españoles, pero esto no va a quedar aquí». Es más, Del Olmo, visiblemente enfadada con todo lo que está ocurriendo, llamaba a boicotear a la empresa y a no comprar ni un componente de Vestas. «Le vamos a facilitar que se quede en Castilla y León pero si el cierre se produce, desde el punto de vista moral, ya que cada empresa es libre de hace lo que quiera, no admitiremos que los parques eólicos que se puedan instalar en la Región compren componentes de Vestas», decía.
CCOO, por su parte, denuncia la «estrategia planificada» de la multinacional de «engañar a todas las partes», que apunta a un intento de «chantajear al Gobierno». Igualmente, el sindicato llama a utilizar todos los instrumentos de los que posee el Ejecutivo central para anclar una industria de este calado y dimensión en una población tan castigada como es la de la provincia de León. «Dicen que se van, pero están abiertos a una posible venta de la fábrica, con subrogación de la plantilla, lo que nos genera muchas dudas. Basta ya de buenas palabras, y que se apliquen en actuar en beneficio de la plantilla y la continuidad de la factoría», señalan desde el sindicato.
Por otro lado, desde la patronal leonesa echan la culpa de la posible marcha de Vestas de León a la «mala política energética» de España en los últimos años, pedía respeto a la decisión empresarial y a sus accionistas ya que «responde a un procedimiento enmarcado en las leyes nacionales y europeas», y pedían medidas que minimicen el impacto del cierre, como la recolocación de los trabajadores.
Igualmente, afirman desde la patronal que las descalificaciones, amenazas y represalias de los representantes políticos hacia la empresa «no son la manera más adecuada de actuar para solucionar el conflicto».
Tudanca no está de acuerdo con la ministra
Las declaraciones de la ministra Teresa Ribera culpando al Gobierno de Rajoy y su política energética de lo que ocurre con Vestas, no han gustado en esta Comunidad. La portavoz de la Junta, Milagros Marcos, decía que la acusación no es seria, e incluso el líder socialista, Luis Tudanca, aseguraba que no está de acuerdo y que la ministra se equivocó.
