Nueva sorpresa que ayer me movió a la reflexión: una nota de la Oficina del eurodiputado jefe del PP, Esteban González Pons, preocupándose y ocupándose en Bruselas de la contaminación de la avenida Barón de Cárcer de Valencia. ¿Ahora? ¿cuando la presidenta regional, Isabel Bonig, anunciaba una día antes el estudio del candidato a alcalde capitalino?.
Será casualidad en el tiempo, pero da que pensar que esa reflexión popular coincida con, sabidas son, las ventajas que para ese puesto ofrece la personalidad y cualidades políticas del también exconseller de Medio Ambiente y de Presidencia. Y sucede tras el nuevo giro producido en el PP nacional con el advenimiento de Pablo Casado a la Presidencia, libre de cualquier compromiso anterior y que necesita la aportación mayor posible de votos mediante los mejores candidatos, especialmente allá donde su partido puede recuperar las instituciones. El Ayuntamiento de Valencia es una de ellas.
Esteban, sólo quiero recordarte ese dicho mexicano «si no te toca, aunque te pongas; y si te toca, aunque te quites». En tu caso, además, la sinapsis es es posible que se presente demasiado tentadoramente atractiva para quien tiene que decidir. Así es la vida.
