Ya lo he dicho en otras ocasiones y lo reitero, a mí el Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México (así, no la cursilada seudomillennial CdMx) se me hace un auténtico despropósito. Más allá de macheteros, del melodrama ranchero de los inversionistas, las encuestas beisboleras (a poco no son a todo dar esos demócratas a ultranza que se quejan de la consulta) y el México donde todos son expertos en aeronáutica y podrían tripular un jumbo, parece que nadie se ha puesto a pensar en la lata que será transportarse al aeropuerto: está tan lejos del mundo civilizado que mínimo habrá que salir tres días antes para tomar un vuelo.
O sea, qué necesidad. Y luego tener que cruzar el Mordor del Edomex, que es más peligroso que hacer un viaje turístico por el territorio ISIS o de Boko Haram. O sea, si van a hacer el Aigriopuerto porque nomás no queda más remedio, por lo menos que el paso por la tierra de mi licenciado Peña y del Mazo Maza lo protejan los cascos azules de la ONU.
Está como todas esas mafufadas que inventan alrededor del dotor Mancera, que es un dios para sí mismo. Pobrecito, ahora hasta le achacan un supuesto periódico anti-Sheinbaum dirigido por un especialista en hacer cubanadas tratando de continuar una tradición de periodicazos que la verdad ya está muy demodé. Por supuesto esto debe ser falso de toda falsedad porque el ex jefe de Desgobierno es un hombre bueno que no se atrevería a tirar por la borda 120 mdp nada más para joder a sus enemigos políticos. Digo, si no le dio dinero a los damnificados, menos a un montón de vivales para jugarle a la guerra de guerrillas con doña Claudia. No creo que con el dudoso legado que dejó el dotor en la ciudad, crea que con un pasquín van a levantar sus momios. Quiero creer que es más listo que eso. Quiero creer también que no está tan desesperado. ¿O sí?
Además, si don Miguel, que todavía deshoja la margarita para ver si se afilia el PRD (antes estar con los Chuchos era un chiste, ahora es una mala broma), no pudo con el DF, cómo diantres va a poder con un diario en estos tiempos de la digitalización, la austeridad republicana y La casa de las flores. No sabe en la que se mete. Bueno, ya se sabe que siempre está un poco confundido. Es de esos paranoicos al revés que creen que todo el mundo los quiere.
A lo mejor debería comprarse una vida. Igual y le sale más barato.
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