Después de la derrota que propinó el movimiento Morena al resto de los partidos políticos, con candidatos desconocidos en su mayoría, sin estructura operativa, pero con la capitalización lograda del gran descontento nacional ante la política neoliberal que acercó al PRI y al PAN y éste a su teóricamente más contrario en su ideología, el PRD, producto de la disidencia priista y aglutinamiento de partidos lánguidos de la moribunda izquierda mexicana, que igual que el PRI perdió el rumbo y como muestra del brutal pragmatismo en que había caído el sistema de partidos desdibujados y corroídos por la ambición que despertó el millonario presupuesto para su operación, están todos tratando de responder a qué se debió tan vergonzosa derrota.
Mi partido ha convocado a la militancia a responder por qué se perdió la elección, pregunta por demás oficiosa, artificial e irresponsable cuando la realidad del país ofrece la réplica contundente. Cuando las reivindicaciones prometidas por la Revolución Mexicana se institucionalizaron en promesas, objetivos y metas contenido de los documentos básicos del PNR, PRM y PRI originario, combatió cualquier tipo de acto instituyente, simuló la democracia interna y desoyó los reclamos populares. Inició un proceso que cada vez hizo más obvio el abandono de los principios revolucionarios, hasta en los últimos 30 años en que fue paulatina su derechización, especialmente cuando la dirigencia fue copada por los neoliberales, haciendo a un lado a las viejas cepas de priistas.
Escuché una entrevista a un viejo priista coahuilense ex presidente municipal, ex diputado, ex dirigente del PRI estatal, mi maestro Arturo Berrueto González quien dijo que el PRI había cumplido su ciclo y numeró logros: el IMSS, ISSSTE, Reparto agrario, expropiación petrolera, eléctrica y ferroviaria, sindicatos poderosos de obreros y campesinos, etc. En efecto iban bien en ese camino, no sin corrupción y otros vicios, pero todavía pensando en las mayorías y los desposeídos a quien se debía la justicia social. Mas aconteció consistente acción para echar abajo esos logros, con políticas a favor de la plutocracia y peor aún del capital extranjero. Obedientes a los mandatos de los capitales vino la entrega del país. Ahora siguen los mismos al frente del PRI y ¿todavía preguntan?
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