"Instintivamente, cuando me encontré ante el vacío, puse marcha atrás, como si tratara de escapar de este infierno". Es la explicación del conductor del camión verde de reparto de supermercados Basko que se ha convertido en la imagen icono de la desgracia de Génova. El hombre, en estado de shock, se libró de una muerte casi segura gracias a su rápida capacidad de reacción en un accidente que duró pocos segundos.