Durante los últimos años las grandes compañías españolas se han visto afectadas por el Brexit, la recesión en Brasil o la incertidumbre en México tras la victoria de Donald Trump. Turquía ha sido el último país en sumarse a los palos en las ruedas del índice español, que mira con temor a un posible contagio al resto de mercados emergentes. Y es que, según los datos de Bloomberg y Worldscope recopilados por Barclays, el 31% de la facturación de las cotizadas del Ibex 35 procede de estos países. Esta cifra contrasta con el 21% que suponen en la eurozona, el 22% de Reino Unido o el 10% de EEUU.