«Esto se venía venir. Hace un par de meses, me caí mientras paseaba por culpa de los tablones. Por suerte no me hice nada, pero podría haberme pasado algo peor. Como ayer... Esa fortuna también se acaba», dice Anabel, de 70 años. Su caso no es aislado. Como ella, LA RAZÓN contactó con hasta otras cinco personas que han sufrido resbalones y tropiezos en el puerto deportivo que se derrumbó la noche del domingo en Vigo, durante la celebración del festival cultural O Marisquiño. «Podría haber sido una auténtica desgracia. Nos estamos jugando la vida desde hace años». Esta plataforma, que se construyó en la década de los 90, fue diseñada por el estudio de arquitectura Vázquez Consuegra. Desde su apertura al público en 1997, ninguna corporación local ha realizado obras para su debido mantenimiento, salvo una superficial reparación el pasado junio.