La cena celebrada por los «pablistas» del PP valenciano el jueves en Valencia sigue dando mucho que hablar en los círculos populares. Mientras que desde el entorno de la dirección regional se asegura que no ha gustado al presidente nacional del partido, Pablo Casado, ni a sus principales colaboradores. Aseguran que han advertido de que podría interpretarse como un acto de enfrentamiento con la presidenta del PPCV, Isabel Bonig, y su equipo, que se distinguió por su apoyo a Soraya Sáenz de Santamaría.
Sin embargo, los promotores de la convocatoria afirman que Génova dio el visto bueno a la cena porque tenía como única finalidad, que los que habían trabajado por Casado, celebrasen la victoria.
El evento, que surgió para reunir a una veintena de personas encargadas de su campaña, fue recibiendo adhesiones hasta alcanzar casi los 200 participantes y dio a que algunos lo interpretarán como una manera de exhibir músculo frente a la dirección regional.
En cualquier caso, fuentes cercanas a la presidenta regional, Isabel Bonig, quitaron ayer importancia al asunto, ya que esta ha recibido numerosos mensajes insistiendo en que no trataron de cuestionar su liderazgo ni participar en un acto confrontación.
Mención aparte merece el nombramiento de Vicente Betoret como secretario de Política Provincia. Estas fuentes señalaron que ese nombramiento obedece a la cuota solicitada por la exsecretaria general, María Dolores Cospedal, que se sumó a apoyar a Casado tras quedar fuera en la primera vuelta de las primarias. Aún así, admiten que no ha gustado.
Unidad frente a todo
Pese a las diferencias, ambas partes insisten en que el principal objetivo se centra en la unidad para lograr los mejores resultados en las citas electorales.
«Las listas se elaborarán como siempre», insisten desde la dirección regional, las que exigen la intervención de Génova, se acordarán».
