La 37 Copa del Rey Mapfre es un evento único y en esta edición más todavía. Desde el próximo lunes y hasta el sábado 4 de agosto la bahía de Palma acogerá la mayor flota de su historia. Las cifras hablan de una regata única. Más de 2.500 regatistas a bordo de casi 160 barcos en representación de 29 países. El presidente del comité organizador, Javier Sanz, presumió ayer de números en la presentación oficial de la regata. Pero hay más. El número de clases participantes –doce– también representa un hito sin precedentes en la regata de referencia del Mediterráneo. Casi la mitad de las clases, cinco, competirán en tiempo compensado (IRC 0, IRC 1, ORC 1, ORC2 y ORC3) y el resto (ClubSwan 50, Swan 45, Swan 42, GC32, Melges 40, J80’ y 6 Metros Internacional) lo harán en tiempo real. Dos clases han recibido una invitación especial por parte de los organizadores, Melges 40 y 6 Metros Internacional.
Está previsto que el rey Felipe VI forme parte de la tripulación del Aifos 500, un monocasco Swan50 Club de 15,25 metros de eslora en la categoría IRC1. El programa de competición prevé un máximo de 20 pruebas para los GC32, 12 realizarán los Melges 40 y J80 y hasta 11 el resto de las clases.
Las cifras récord de la 37 edición de la Copa del Rey Mapfre se extienden a su impacto económico. Según la Universitat de les Illes Balears (UIB), las estimaciones apuntan a que superarán los 25 millones de euros. Desde hace años se barajan diversas cifras de lo que puede generar la celebración de la Copa del Rey en Palma y uno de los objetivos del estudio que se va a realizar es acotarlas de acuerdo con los datos actuales. «La idea es hacer una estimación científica de lo que genera una regata que mueve a alrededor de 3.000 personas entre regatistas, marineros, armadores, medios de comunicación y todo el volumen que mueven los propios patrocinadores del evento», según ha explicado la coordinadora del estudio, la profesora de Economía de la Empresa de la UIB Maria Antònia García.
