Las despedidas de Uruguay y Brasil dejaron a América sin representante y convirtieron la Copa del Mundo en un monólogo europeo. África decepcionó sin participación en la fase eliminatoria, mientras que Asia resistió con Japón hasta los octavos. En Rusia-2018 la organización y la frialdad de los equipos del viejo continente han valido para acaparar las cuatro plazas de semifinales por quinta ocasión en la historia.