El drama de la inmigración ilegal se recrudece día tras día y en las costas andaluzas la situación llega a ser insostenible. Según alertó ayer a LA RAZÓN Francisco Vicente, coordinador de Cruz Roja en Almería, las plazas de acogida de la ONG están completas en la comunidad autónoma y «las pocas que se van quedando libres se reservan a casos muy vulnerables, como mujeres embarazadas, con menores a su cargo o personas con discapacidad». Es el aviso que lanza tras un nuevo fin de semana negro en el Estrecho, con la llegada de casi 270 inmigrantes en pateras.
Si echamos la vista atrás el balance es desolador. En el primer semestre del año, según datos de la Delegación del Gobierno en Andalucía, llegaron a las costas de la región un total de 13.394 personas, más del doble del registro de 2016 y el 80 por ciento del año pasado. Los temporales que tuvieron lugar en invierno y primavera retrasaron el flujo de embarcaciones desde Marruecos, así que el buen tiempo ha disparado su presencia. Sin embargo, Vicente va más allá en las causas y asegura que «África es una olla a presión». «En muchos países se producen constantes vulneraciones de derechos humanos, por lo que la gente no sólo padece situaciones de pobreza, sino violaciones, abusos e incluso son víctimas de guerras». Igualmente, alerta de que las mafias siguen operando con total impunidad.
Cruz Roja ya reforzó sus equipos porque se esperaba un verano caliente. «Se han ampliado las plazas de acogida que ofrecemos nosotros y otras ONG en España, pero los recursos son insuficientes», indica Vicente. Y como muestra un botón: Almería sólo dispone de 60 plazas de acogida, un número que no responde a la alta demanda existente, con un constante goteo de embarcaciones que son interceptadas en el mar. En este sentido, remarca que «no tenemos capacidad para más; estamos al 130 por ciento».
Cruz Roja Almería cuenta con un equipo de voluntarios que «están de guardia cada dos días para que puedan rotar y descansar», apunta el coordinador. Otros trabajadores realizan tareas de despacho y en los almacenes. Cuando los cuerpos de seguridad y Salvamento Marítimo localizan una patera se activa el equipo técnico, que es el que realiza una primera atención a las personas que llegan a puerto. Generalmente, se ofrece abrigo y agua, además de un reconocimiento sanitario. Estas tareas se realizan en unos módulos en el puerto de Almería. Posteriormente pasan a los calabozos de la Policía.
Sobre la movilización generada en torno a la llegada a España de los barcos Aquarius y Open Arms, Vicente se muestra tajante: «Se debe pasar del gesto a la política». «Nosotros tenemos aquí Aquarius todos los fines de semana», remarca, al tiempo que recuerda que «a Andalucía llegan casi 1.500 personas en pateras cada semana». Un región que, además, «cuenta con menos efectivos» para atenderlos. «Estas personas van a seguir viniendo, por muchas vallas que les pongamos. Podemos mirar hacia otro lado o buscar soluciones».
Trasladados al puerto de Málaga 231 inmigrantes
La jornada del domingo se saldó con la localización de cinco pateras en aguas del mar de Alborán, con 175 inmigrantes a bordo. Todos llegaron al puerto de Málaga de madrugada. La primera de las embarcaciones fue interceptada por el buque «SAR Mastelero», con 38 personas a bordo. Después se localizó a otra con 37 personas y una tercera con 43. Al operativo se sumó el avión «Sasemar 101» y el helicóptero «Helimer 204», que localizaron una cuarta patera con 57 personas a bordo y una quinta con un total de 56.