De visita nuevamente en Cuba acudí con un viejo colega amigo al Instituto Nacional de Oncología y Radiología (INOR), un prestigioso centro hospitalario ubicado en La Habana, que en medio del bloqueo que aun le impone Estados Unidos a la mayor de las Antillas batalla sin cuartel contra el cáncer y por el derecho humano a la vida de los habitantes de la Isla. Impresionante resulta la atención que reciben los pacientes adultos y de la llamada tercera edad en ese Instituto, uno de los principales del país, y donde diariamente se les devuelve la esperanza de vivir a numerosos ciudadanos.