Con un acto sencillo pero cargado de emoción, la madre de Nagore Laffage, Asun Casasola, homenajeó en el Ayuntamiento de Irún a su hija cuando se cumple exactamente una década de su muerte. Una pancarta donde se leía «Por tu ausencia, Nagore, zure oroimenez» colgó del balcón consistorial durante toda la jornada de ayer.
Asun Casasola valoró que en los últimos años la sociedad haya comenzado a salir a la calle en protesta por casos como el sufrido por su hija. «Espero que suponga un cambio para que se modifiquen las leyes», expresó Casasola.
El crimen de Nagore supuso un antes y un después en el activismo contra los asesinatos y las agresiones sexistas en Pamplona. La joven murió el día de San Fermín de 2008 después de que no quisiera mantener relaciones con un joven médico, compañero de la clínica donde trabajaba Nagore.
Aquel crimen conmocionó a la sociedad pamplonesa y fue el comienzo de las movilizaciones contra las agresiones sexistas que se vieron incrementadas nuevamente en el año 2016 tras el caso de La Manada.
Supuso el inicio de una concienciación social contra los actos sexistas que ha llevado a que se haya extendido la tolerancia cero, no sólo con los crímenes sino también contra cualquier acción tintes sexistas.
Gracias a este movimiento, por ejemplo, en la primera noche de Sanfermines, la del viernes al sábado, no se registró ninguna denuncia por delitos contra la libertad sexual en ninguno de los cuerpos policiales que trabajan en las fiestas de San Fermín. La Junta Local de Protección Civil de Pamplona llevó a calificar las primeras horas de las fiestas como de «absoluta normalidad».
