Gonzalo Abia y Daniel Vara son los protagonistas de una historia que empieza, hace años, durante un Erasmus en Alemania. Los dos jóvenes estudiantes descubrieron aquel año, no sólo los múltiples beneficios de una experiencia en el extranjero, sino la enorme variedad de una bebida que hasta entonces habían conocido de manera muy limitada en España: la cerveza.
Durante su estancia en Alemania viajaron por toda Europa probando cervezas locales y con carácter propio, y a la vuelta, todas las cervezas les sabían igual. Por ello, a su regreso a España decidieron poner en marcha su idea que, aunque en aquel momento parecía de locos, pronto empezó a tomar forma. Tras realizar algunos experimentos de la receta que querían sacar al mercado, y comprobar que funcionaba entre amigos y conocidos, en 2009 pusieron en marcha su producción en la fábrica de Riba-roja (Valencia).
«Sin duda, teníamos un muy buen punto de partida para devolver al mercado local de Valencia un producto tan globalizado como la cerveza, pero con raíces valencianas», explica Dani.
Gonzalo recuerda que los primeros dos años fueron una pesadilla, con problemas de producción, no había apenas proveedores, en plena crisis, sin financiación y el mercado aún no existía. Nadie sabía lo que significaba la cerveza artesana y era complicado cambiar la mentalidad
Empezaron con una máquina de 250 litros por elaboración y posteriormente adquirieron otra igual para poder fermentar lotes de 500 litros. La estructura de la compañía en esa época estaba únicamente formada por Gonzalo en la gestión de la empresa y la faceta más comercial, y por Dani en la parte productiva y logística. Poco a poco fueron apareciendo más trabajadores pero los primeros tres años todos eran de carácter eventual.
Paulatinamente fueron creciendo las ventas y también las variedades de cerveza que se realizaban en la planta de Ribarroja del Turia. El paso definitivo lo dieron en 2014 cuando por primera vez abrieron su propio local en la ciudad de Valencia, que fue la semilla del actual On Tap, donde sirven su producto a los clientes directamente desde el barril. Tyris fue creciendo en capacidad productiva añadiendo nuevos tanques de fermentación y accesorios que permitieron en 2015 elaborar cerca de los 150.000 litros de cerveza. Fue en aquel momento –año 2015– cuando Zriser, un grupo inversor, se fijó en ellos, y apostaron por su idea, aportando la liquidez necesaria para empezar a invertir tanto en equipos de más calidad como en los recursos humanos que necesitaba la empresa para desarrollarse.
El crecimiento de Tyris a partir de aquel momento se sitúa en torno al 40 por ciento cada año, obligando a Tyris a cambiarse en 2017 a unas instalaciones más grandes, proveerse de nueva maquinaria y ampliar la plantilla. Actualmente, cuentan con unas instalaciones nuevas inauguradas en febrero de 2018 con una capacidad de elaboración de un millón de litros al año y preparada para multiplicarla por cuatro en sucesivas ampliaciones en los próximos años.
Hoy por hoy, ya son 18 personas entre producción, administración y comercial, más seis en el local situado en el céntrico barrio de El Carmen de la ciudad de Valencia.
Tyris tiene como objetivo para 2018 elaborar en torno a los 500.000 litros de cerveza y tener una facturación que supere el millón de euros, pero sus expectativas son elevadas, y pasan por elaborar 1,5 millones de litros en el corto plazo, seguramente el año que viene y superar también la cifra de 1,5 millones de euros en ventas.
Además, el reto de entrar en la gran superficie que parecía complicado hace unos años, les permite pensar que el crecimiento en litros en los próximos dos o tres años les acercará a ser una fábrica de cerveza preparada para producir unos cuatro o cinco millones de litros anuales.
Por lo que respecta a su presencia en el exterior, justamente donde nació la idea, esta marca de cerveza artesana valenciana tiene los pies puestos ya en Holada, Italia, Suecia, Reino Unido y China, pese a que su foco principal, resaltan, está en la ciudad de Valencia.
En cuanto al aumento de locales como el que ya tienen en el centro de Valencia, los dos fundadores de Tyris aseguran que se lo plantean cada día. «La idea es abrir otro en Valencia, pero por ahora la fábrica requiere de toda nuestra atención», comenta Gonzalo. Dani añade que este tipo de cerveza requiere de una vinculación con su espacio más cercano, ese fue siempre el principal lema, devolverle a la ciudad de Valencia una marca propia de cerveza. Desde este punto de vista contar con un local propio en la ciudad es totalmente necesario para vincular al consumidor final con la marca. «Este tipo de proyecto ha de contar con un local donde poder servir tus propias cervezas y la intención en los próximos años sería consolidar esta línea de negocio y abrir más locales».
