No siempre las figuras cumbres de un Mundial hacen explosión rápidamente. A veces, se calientan poco a poco. Uno de los casos más llamativos por su vertiginoso, efectivo y además destructivo cierre, es el de Paolo Rossi en España 1982.
Fue en la Copa que vio naufragar a una estupenda Selección de Argentina integrada por Maradona, Kempes, Valdano, Ardiles, Tarantini, Pasarella, Galván, Fillol y Olguin, derrotada por Bélgica, Italia y Brasil, y vencedora de Hungría y El Salvador. Después de los cuatro primeros juegos de Italia en aquel Mundial, no había señales de la existencia de Rossi. Pero sus tres goles contra Brasil, eliminaron al equipo considerado como super favorito de ese Mundial.
De inmediato, Rossi marcó los dos goles que facilitaron el triunfo italiano contra Polonia 2-0 en semifinales, y agregó otro, su sexto, en la final que Italia le ganó 3-1 a Alemania. No hubo forma de disputarle la distinción de jugador más destacado de esa Copa. ¿Ocurrirá algo parecido en Rusia? Hay varias opciones, entre ellas, Neymar.
En esta Copa del 2018, Cristiano y Kane consiguieron tempranamente, tripletes. Lamentablemente al ser eliminado Portugal, el más temible goleador del planeta salió de escena, pero Kane continúa, como líder goleador con seis, de ellos, tres de penal. Hemos visto en esta Copa grandes destellos de Mbapeé, de Coutinho, de Cavani, de Modric, de Lukaku, de Hazard, de Kane, y también de Neymar, hasta hoy con dos goles, una asistencia y mil regates incluyendo a su sombra. Cierto, exagera mucho con sus constantes aterrizajes a veces aparatosos, consecuencia de la cantidad de faltas que recibe.
Es un provocar de molestias, pero se trata de un jugador show en esta Copa, generador de peligro inminente, incontrolable, desequilibrante, incidente. Coutinho fue el “as” de Brasil en los dos primeros juegos, pero no con Neymar oscurecido. El número 11 es quien inclina la balanza y tratar de neutralizarlo, será sin duda, un dolor de cabeza de Bélgica antes del exigente duelo de cuartos de final mañana. ¿Cómo neutralizar a éste
Neymar tan suelto, dueño de un atrevimiento sin límites? Eso es una misión enloquecedora y los belgas deben estar rascando sus cabezas.
En cada una de las cinco copas conquistadas, Brasil ha tenido un farol. Lo fue Pelé en 1958 pese a ser muy chavalo, moviéndose apropiadamente al lado del liderazgo de Didi; Garrincha en 1962 cuando Pelé fue lesionado por los checos en el segundo juego; Pelé en plena madurez, volvió a tomar las riendas en 1970 muy bien acompañado; Romario entre limitaciones, fue la figura de Brasil en 1994; en tanto Ronaldo mostrando su gama de habilidades y marcando ocho goles, fue el Aquiles de Brasil en el 2002, su quinta y última coronación… Puede que en este 2018 sea el turno de Neymar. Hace dos años, fue el caudillo en la búsqueda del único tesoro perdido de Brasil, el oro olímpico, y después de sus “estudios de postgrado” con el Barcelona al lado de Messi y Suárez, mostró todo su crecimiento en el Paris Saint German francés… En Rusia, estamos viendo lo mejor de Neymar y entrando a cuartos de final, de sobrevivir Brasil, se le presenta la oportunidad dorada de ofrecer un cierre vertiginoso, no necesariamente como el realizado por Rossi en 1982.
Siguiendo las huellas de Neymar en la cancha, es prohibido parpadear. Puedes perderte una maniobra única, un acto de magia, un tacón sorprendente, un gol fantasioso, todo lo que es capaz de fabricar éste brasileño excepcional, que le impedirá dormir a los belgas hoy.