El pasado abril ha sido, además de inspiración para las canciones testimoniales, el mes del renacer de poemas, cuentos y reflexiones que desde la intimidad entre el autor y la página blanca, se ha inmortalizado –a través de las letras— el luto, el miedo y la masacre vivida en el país, desde hace más de dos meses. Por tal motivo, el relevo de escritores ha compartido sus poesías sobre la situación de Nicaragua, un país que vive en una vela continua por los más de 300 muertos registrados hasta la fecha.
Víctor Riuiz Jara
Autor del poema: “Carta de un hijo a sus padres”, manifiesta en su escrito el patriotismo de los jóvenes durante las protestas, la vida de estos como el precio por la libertad y el mensaje, que estos mártires, desde su pluma, quisieran decirle a sus madres. El texto está dedicado a Álvaro Conrado, el niño de 15 años que murió por apoyar la lucha ciudadana. Ruiz Jara ha publicado los libros: “La vigilia perpetua” y “En la carne oscura de lo incierto”.
Abelardo Baldizón
“Abril 18”, es un poema corto en el que se hace una reflexión sobre las acciones de las personas ante la crisis, pone en alerta y cuestiona que aunque “queda camino por andar”… “¿a dónde (este) nos llevará?”. “Abril 2018” fue escrito poco después del 19 de abril y refleja la exteriorización de los pensamientos y sentimientos del autor durante ese tiempo. En su trayectoria literaria, Baldizón ha divulgado el poemario “Del Matadero” y “El quiróptero desplumado”.
Aldo Vásquez
En “Días de abril” Vásquez expresa cómo de la noche a la mañana los “castillos de arena y lodo” se convirtieron en “trincheras de lata y concreto”. Aldo Vásquez es estudiante de Lengua y Literatura hispánicas y ha publicado en las revistas electrónicas: Alastor, Revista Literaria Centroamericana y 400 Elefantes.
A Álvaro Conrado y a todos los jóvenes
que nos enseñaron que callar es peor que morir.
He dejado sobre la cama huellas de mi insomnio
no me busqués ahí, madre, solo sábanas encontrarás desordenadas
y restos de mi infancia, de mi juventud
del hijo que cada mañana vos despedías con un beso
antes de irse a la escuela o la universidad
Sigo siendo ese niño, madre,
ese joven irredento que no para de vivir de gritar y de soñar.
Buscame en los abrazos compartidos con aquellos que sufren
esos que vos me dijiste había que amarlos y defenderlos
Buscame en las canciones que te hacían llorar
porque te recordaban la fuerza de la unión
y la debilidad de los tiranos
Padre, no me busqués en los lugares cotidianos, atrás quedaron los juegos en la casa del vecino
mi sombra en las canchas de futbol
y los besos en la casa de mi novia
Buscame en tu memoria, en las historias que me contabas,
Aquella, cuando sin miedo y desarmado
te enfrentaste a la violencia, al terror y la injusticia
No son mis sueños diferentes a los de ustedes:
yo también quiero la lluvia cayendo libre sobre mi rostro
cantar la verdad sin temor de que la noche apague mis ojos
no ver tus lágrimas, madre, no oír tus gritos, padre,
porque mi nombre aparezca entre caídos y desparecidos
No son mis sueños diferentes a los de ustedes:
yo también quiero una calle, un país
donde ser joven y vivir gritar soñar y respirar
no es un delito.
Las nubes son densas
y el humo quema la garganta
relámpagos de plomo destruyen crisálidas.
Plumas de ángeles llueven como cuchillos,
clavadas en charcos grises
empalan libros y recuerdos.
Todo lo consume el hedor de la muerte
bajo un arcoiris de neón.
En las calles revientan girasoles
de las boquillas sarrosas,
zarpazos de odio y vileza
velan el sueño de los jóvenes.
Ayer, castillos de arena y lodo
hoy, trincheras de lata y concreto.
Las mañanas saben a brisa
las cruces florecen
la luz cubre a los centinelas
como la madre que espera
al hijo que no volverá.
El eco del río despierta a las aves
y rompen su cárcel de bujías.
Cuando veás sus alas extendidas
sacudiéndose los restos de vidrio
cuando escuchés su canto, verás
a las amables luciérnagas,
el destello de las hojas
sentirás el calor de un abrazo
y llamarás hermanos a los desconocidos.
En abril los caminos se abren
y las raíces se clavan en nuestro pecho.
Aldo Vásquez
Todavía
no es momento de cantar victorias
de elevar cometas a destinos inciertos
queda camino por andar
no sabemos
si es lento o rápido el paso
¿a dónde nos llevará?
es la interrogante del día a día
del paso a paso
y acaso
hay un lugar a donde iremos
muchos son los caminos
no hay mapas
no existente
las brújulas calibradas
hay que andar
mientras se intuye
se piensa
y culebra el destino
siempre
puede haber
una luz después del túnel
pero no te quedes deslumbrado
que el sol
solo calienta afuera
Abelardo Baldizón