No más silencio entre las paredes de la Calle Velintonia 3 (ahora Calle Vicente Aleixandre). La casa donde vivió el poeta de la Generación del 27 hasta su muerte en 1984 –salvo un paréntesis durante la Guerra Civil–, lleva abandonada desde que falleció su hermana Conchita. Desde entonces, la Asociación de Amigos Vicente Aleixandre intenta reivindicar que se convierta en la casa de la poesía «para todos los españoles». Pero el habitual silencio sólo interrumpido por el viento y los pájaros se ha visto roto este mes de junio, primero por la velada anual dedicada este año a la figura de Luis Cernuda, celebrada el pasado día 29, y después por una exposición fotográfica que, hasta el próximo día 6 de julio, adorna las vacías paredes de la casa.
Miguel Poveda fue el encargado de llenar de música la velada «Los poetas vuelven a Velintonia» con su nuevo disco «Enlorquecido». El aforo se cubrió a las pocas horas de hacerse pública la convocatoria y contó con la asistencia de actores, poetas y escritores como María Amaya Aleixandre (sobrina del poeta), Alberto Conejero, Asunción García Iglesias, Carmen García Iglesias, Vicente Granados, Charo López, Miguel Losada, Javier Lostalé, José Manuel Lucía, Miguel Muñárriz, Manuel Rico y Rafael Soler, entre otros.
Además, durante esta semana y hasta el próximo 6 de julio, la Asociación de Amigos Vicente Aleixandre – premio Madrid a la Iniciativa Cultural– presidida por Alejandro Sanz organiza la exposición fotográfica «Dos miradas sobre Aleixandre» de la mano de imágenes de Joaquín Alcón y José Lamarca. Como explica Sanz a LA RAZÓN, «estamos recibiendo una media de 20-30 personas diarias; unos quieren conocer la casa y ver la exposición, otros ya conocen Velintonia y vienen a ver las fotos y otros están interesados en la que fue la morada del poeta». En la muestra, de 14 fotografías, se recuperan dos archivos de retratos del Premio Nobel: los de Alcón, fallecido en 2015, recuperados gracias al positivado de la Real Sociedad Fotográfica de Zaragoza y a sus herederos, que facilitaron las copias de las imágenes de 1969, y que fueron elogiadas en una carta por el propio Aleixandre; y los del fotógrafo argentino José Lamarca, publicadas en el suplemento cultural del diario La Nación en 1977. «La mayoría de las fotografías ocupan los sitios donde estaban en vida del poeta. Además, coincide la iluminación de aquellos años, la luz natural y la que ofrece la bombilla de 125; también están contextualizadas con los mismos sonidos de entonces: el entorno no tiene contaminación acústica y se escuchan los pájaros y el viento. Es una ventana al pasado», cuenta Sanz.
Pero eso no es todo, si ya son excepcionales la apertura de la casa al público y la jornada dedicada a la velada poética y musical, este año, durante la misma, el dramaturgo Alberto Conejero, durante su intervención, se comprometió a aceptar la propuesta de Sanz para saldar una deuda histórica y hacer una lectura dramatizada o representar en la casa y el jardín «La Casa de Bernarda Alba» de Federico García Lorca. En 1936 Vicente Aleixandre recibió una llamada del poeta granadino ofreciéndose a leerle en persona su nuevo drama. El Nobel accedió, pero le explicó que esos días estaba en su casa Miguel Hernández, con quien Lorca no tenía buena relación, y la lectura se dejó para otra ocasión que nunca llegó. «Estamos buscando la fórmula para poder traer ''La casa de Bernarda Alba'' a Velintonia, explica Sanz. Aún no hay fecha para la representación y hay que estudiar si se haría dentro de la casa, con un aforo de 40 personas por representación o en el jardín de la casa y con proyecciones del interior, que daría cabida a 250 espectadores.
