Las distracciones al volante son una de las causas principales de accidentes, el smartphone reduce notablemente la atención en la conducción y es el culpable de un elevado número de accidentes.
Un conductor en condiciones normales tiene un tiempo de reacción de un segundo, si ese conductor está utilizando su smartphone el tiempo de reacción se duplica y es capaz de detectar sólo la mitad de las señales de tráfico. Conducir hablando por el móvil tiene un efecto similar al que ejerce una tasa de alcohol en sangre de 0,80 g/l, una cantidad muy superior a la permitida (0,5 g/l para conductores en general y 0,3 g/l para profesionales y noveles). En el caso de escribir un mensaje (SMS, Whatsapp, etc.) se eleva hasta los 1,1 g/l de alcohol en sangre.
Una mirada rápida al móvil significa desviar la atención de la carretera durante tres segundos, durante ese tiempo se recorren 100 metros cuando se circula a 120 km/h y 45 metros a una velocidad de 50 km/h. El riesgo de accidente que se asume al manipular el smartphone mientras se conduce es cinco veces más alto y diez veces superior al leer o escribir mensajes de texto.
AMDA, la Asociación Madrileña de Distribuidores de Automóviles quiere recalcar que ésta es una de las causas principales de accidentes en la Comunidad de Madrid.
Moisés González, Presidente de AMDA recuerda que «no está permitido el uso del smartphone mientras se conduce, sólo se puede hablar mediante un dispositivo manos libres y sin manipular el teléfono». La multa por utilizar el móvil mientras se conduce es de 200 euros y conlleva la retirada de tres puntos del carnet de conducir. González asegura que «muchas veces nos confiamos cuando conducimos por la ciudad, porque nos encontramos en un atasco, y echamos un vistazo a nuestras redes sociales o contestamos un mensaje de texto. Eso puede provocar que no frenemos a tiempo o que ralenticemos el tráfico».
