Hugh Grant llevaba años siendo uno de los solteros de oro británicos más cotizados del momento. A sus 57 años ninguna mujer había conseguido llevarle al altar hasta la llegada de la productora sueca Anna Eberstein. Pese a que ya llevaban seis años juntos y tres hijos en común, este fin de semana por fin se han decidido dar el gran paso y pasar por la vicaría.
Tras el enlace, que tuvo lugar el pasado viernes con una discreta ceremonia civil en el distrito londinense de Chelsea, la pareja ha decidido celebrar su luna de miel de una manera atípica: acudiendo al Gran Premio de Mónaco para ver la Fórmula 1, en donde Ricciardo se proclamó vencedor.
En el paddock de Montecarlo no pasaron desapercibidos. Sobre todo después de que medios como «The Sun» o «Daily Mail» dieran la noticia de que ya se habían casado -tan solo una semana después de que saltase la noticia a los medios de que Grant había decidido abandonar la soltería- y que era su primera aparición tras el enlace en el que intercambiaron sus votos ante un puñado de amigos más cercanos y sus familaires.
Para la boda, el actor se decantó por un traje de color azul marino con corbata, mientras que su pareja eligió una minifalda y una blusa ajustada que combinó con unas sandalias de esparto. Por eso su aparición en el campeonato de F1 dejó sorprendidos a muchos que no esperaban ver a la pareja celebrando su luna de miel allí. No se les podía ver más radiantes que, en todo momento, posaron sonrientes para las cámaras y medios allí congregados.
No fueron los únicos rostros conocidos. Además de Charlene de Mónaco, en el circuito se encontraban Bella Hadid, Kris Jenner, Flavio Briatore, Alejandro Agag, Tommy Hilfiger, Andrea Casiraghi y la novia de Fernando Alonso, la modelo Linda Morselli.
