Las autoridades chinas debaten la posibilidad de acabar con los límites que impiden a las familias tener más de dos hijos. En 2015 se flexibilizó la política del hijo único, dando la posibilidad a las familias de tener hasta dos descendientes. Ahora, el rápido envejecimiento de la población y la escasez de trabajadores preocupan al Gobierno de China que podría revertir sus políticas de control de la natalidad este mismo año.