Fue en diciembre de 2016 cuando la presidenta de la Junta, Susana Díaz, anunció en el Parlamento andaluz su intención de dar estabilidad a 15.000 sanitarios eventuales estructurales. «Lo haremos de la mano de los sindicatos en un plan negociado, con una aplicación gradual pactada con ellos para que no perjudique a la prestación de los servicios», aseguró entonces. Y así fue. El 16 de diciembre de aquel año se acordó, en el marco de la Mesa Sectorial de Sanidad, la consolidación de la plantilla del Servicio Andaluz de Salud (SAS), con el objetivo de que la tasa de eventualidad quedase restringida «a los supuestos absolutamente imprescindibles, siempre que esté justificado por una razón objetiva». El pacto contemplaba que la cobertura de las necesidades de personal se realizaría mediante el nombramiento de personal interino o sustituto. Los contratos eventuales se formalizarían, por tanto, en servicios «de naturaleza temporal coyuntural o extraordinaria».
Paralelamente, el 27 de abril del año pasado se emitió una resolución en la que se dictaban las instrucciones para transformar el nombramiento del personal estatutario eventual en interinidad o sustitución, conforme a la Ley 33/2003.
Pese a todas estas normas y acuerdos, el SAS ha seguido formalizando contratos temporales de manera sistemática en el hospital Carlos Haya de Málaga. Según denuncia el sindicato de enfermería Satse, de los 8.775 contratos que se verificaron en el complejo hospitalario en 2017, 6.378 fueron de carácter eventual. En concreto, el 72 por ciento, «una cifra muy alejada del compromiso del SAS de reducir la tasa de eventualidad», subraya la central. Un dato que evidencia a la claras el desinterés por la estabilidad en el empleo es que 932 contratos fueron de menos de una semana de duración. Igualmente, 724 fueron de menos de dos semanas y 1.347 de menos de un mes. Otro motivo para la alarma es que una misma trabajadora encadenó 20 contratos seguidos durante el año.
En el ámbito concreto de la enfermería, Satse asegura que el hospital mantiene actualmente a 195 profesionales con contratos eventuales «que reúnen los requisitos exigibles para tener ya una vinculación laboral más duradera», puesto que llevan más de 12 meses encadenando este tipo de contratos.
Por todo esto, el sindicato afirma que el SAS ha convertido al Carlos Haya en una «empresa creadora de contratos basura», generándose en la plantilla múltiples problemas laborales, puesto que «no se permite conciliar la vida familiar, hay desánimo y desarraigo en el hospital y no hay integración, ilusión ni perspectivas de desarrollo profesional».
Estos contratos eventuales, además, «obligan» a los profesionales «a realizar mas horas de las que realmente tienen contratadas, sin posibilidad de que sean retribuidas como horas extra». Al ser de tan corta la duración los turnos «son modificados sin previo aviso», así que los trabajadores «son esclavos de sus superiores». Esta «calamitosa» política laboral está provocando un éxodo sin precedentes. Y como muestra un botón: 20 enfermeros de la UCI ya han aceptado contratos en otros hospitales.