El Gran Premio de España de Fórmula1 que se disputó este domingo en el circuito de Montmeló estuvo marcado por la polémica durante la previa de la carrera y la protocolaria interpretación de himnos.
El himno español sonó en primer lugar y fue recibido con pitos por parte del sector independentista que se encontraba en la grada del circuito. Sin embargo, apenas duró unos 30 segundos. La controversia tuvo lugar a continuación cuando se escucharon los acordes de 'Els Segadors'. La versión del himno catalán que eligieron los organizadores se extendió durante casi cinco minutos frente a la reducidísima duración del himno español.
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Fernando Alonso soportó estoicamente los silbidos al himno español, aunque ante la extensa duración de 'Els Segadors' el asturiano mostró su enfado e incluso amagó con marcharse antes de que terminara de sonar el himno independentista, harto de que el GP de España se use para exhibir propaganda soberanista. Desde el graderío de Montmeló muchos de los asistentes también mostraron su disconformidad y pitaron la eterna versión de 'Els Segadors'.
La duplicidad de himnos viene siendo habitual en los últimos años en el circuito catalán, una circunstancia que no tiene lugar en ningún otro Gran Premio del Mundial, ya que la única melodía que suena es la del país anfitrión y no la de una región, como es en este caso.
Finalmente, Alonso se resarció del insólito momento que se vio obligado a soportar durante el himno catalán y después de la carrera no dudó en exhibir la bandera rojigualda, junto a Carlos Sainz, para reivindicar así su españolidad y los símbolos nacionales.
Ambos pilotos volvieron a presumir de emblema nacional tras atender a los medios de comunicación y se lo colgaron al cuello para celebrarlo con la afición, dejando así la que ya es una imagen histórica de la Fórmula 1.
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La inestabilidad política le pasa factura a Montmeló
El Circuit, situado en el término municipal de Montmeló e inaugurado en 1991, cerró el pasado ejercicio con unas pérdidas de 7,4 millones de euros, un 30 % inferiores a las de 2016, y unos ingresos de 35,3 millones, un 8 % superiores a los del año anterior.
La Fórmula 1 atrae cada año a más de 90.000 espectadores, un 55% de ellos extranjeros, procedentes principalmente de países como Reino Unido, Francia, Alemania, Holanda e Italia, que permanecen en Barcelona una media de cuatro días y gastan por persona el doble que la media de los turistas.
El Circuit de Barcelona-Cataluña, que acoge otros dos grandes premios, el de MotoGP y el Campeonato del Mundo de Rallycross, genera un impacto anual de 340 millones de euros y facilita 10.000 contratos.
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