La Corte Suprema estadounidense eliminó el lunes una norma que prohíbe las apuestas deportivas en 46 de los 50 estados del país, abriendo el camino para un mercado estimado en decenas de miles de millones de dólares al año.
El tribunal superior falló a favor del gobernador de Nueva Jersey, que ha luchado durante años para obtener el derecho a organizar apuestas deportivas en su estado, cuyos casinos, económicamente dañados, se concentran en Atlantic City.
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