Deutsche Bank está dando la vuelta a su unidad de inversión para hacerla más rentable en un plazo de tiempo récord. Este fin de semana se han filtrado nuevos nombramientos en el segundo nivel de gestión que van dando forma al proyecto, dos copresidentes a los que se ha encargado rebajar costes de inmediato. Ram Nayak y Mark Fedorcik liderarán el área informando directamente Garth Ritchie, responsable de inversión y banco corporativa, y bajo la única autoridad del Consejo de Administración. Su principal objetivo a corto plazo es una reducción de costes exprés que seguramente recortará miles de empleos en esa división.
El departamento que mayores y más rápidos recortes sufrirá va a ser el de banca de inversión en EE.UU., que emplea a unos 41.000 del total de 97.500 que Deutsche Bank paga en ese país. En palabras de Ritchie, «se necesita más claridad de responsabilidades y más agilidad de gestión» y para eso es necesario un ejército den empleados más reducido y con mayor capacidad de precisión. La consigna es despedir «a los trabajadores malos de las secciones buenas e incluso a los trabajadores buenos de las secciones malas», según ha trascendido.
Nayak, anteriormente jefe de operaciones con bonos en Londres, será el responsable de administración de riesgos, asignación de recursos y dirección estratégica, de forma que decidirá sobre la nueva asignación de recursos y personal, así como sobre la dirección estratégica. El americano Fedorick estará a cargo del negocio con clientes corporativos estadounidense.
Este giro supone un intento a la desesperada del otrora primer banco europeo y hoy convertido en el peor valor bursátil de Europa. Por no hablar de las penurias pasadas, 2018 está siendo un calvario con cuentas todavía peores. Solamente hasta abril, la entidad ha perdido un 27,5% en bolsa. Y todo esto en medio de reiterados bandazos en la dirección, que quema presidentes como fósforos. Si hasta hace pocos meses el verdadero iba a venir de la mano de John Cryan, ahora será con Christian Sewing, como nuevo CEO, que ha escrito una carta a los empleados en la que explica que la nueva etapa estará marcada por el «hambre de negocio».
Una de las principales dificultades reside en que Deutsche Bank no tiene capacidad para mejorar los ingresos netos, puesto que ha aumentado con fuerza los costes de los mismos, un 11,4%. Como consecuencia, los ingresos por intereses netos en Deutsche Bank se sitúen en el punto más bajo en la última década, con 2.913 millones. La cifra es un 4,7% inferior respecto al mismo trimestre de 2017, un 25,7% respecto a 2016 y hasta un 30,8% menos de los obtenidos en 2015.
Además están los denominados «ingresos netos de no intereses», situados en los 3.962 millones, el punto más bajo desde 2009 si exceptuamos el fatídico 2016, y la caída de los ingresos por comisiones, el dato más bajo desde 2010, que denota la caída en la actividad de la firma. Esta última contracción es una anomalía en el sector, que refleja la crítica situación que vive la entidad en el actual contexto de dinero muy barato.
Fedorcik considera que puede ponerse coto a estas cifras con recortes intensos centrados en EE.UU.. Reconoce que Deutsche Bank quiere parecerse más a Goldman Sach se declara partidario de los recortes rutinarios de aproximadamente un 5% de personal por año.
Sewing ha dado carta blanca para reestructurar la división a escala global y este es solo el principio. El banco había llevado a cabo anteriormente importantes recortes en EE.UU. con el cierre de la oficina de negocios en Houston que hubo de reabrir para seguir compitiendo en los negocios del gas y el petróleo. Sin embargo Fedorik cree que esta vez será diferente y que el banco no encontrará resistencia significativa. «Los propios empleados tienen ganas de cambios y quieren ver la salida de aquellos de menor desempeño», ha dicho en declaraciones a Financial Times, «la moral es, en realidad, bastante buena». Pero lo cierto es que esta situación prolongada ha sido causa ya de una significativa pérdida de talento en las filas del banco, especialmente desde que, en 2017, fueron eliminados los bonos. Ahora se calcula que el recorte de personal en EE.UU. podría llegar al 10% del total.
Estas decisiones forman parte de una estratgia global en la que Deutsche Bank se está reorientando al negocio empresarial en Europa, mucho mejor visto por los accionistas alemanes que la gran banca de inversión estadounidense. Seing se ha comprometido a reducir sus operaciones de mercados, de tasas de interés y de corretaje institucional, en busca de una disminución de su balance y su nivel de apalancamiento.