La Diputación de Alicante se ha erigido en la abanderada contra el proyecto nacionalista del Gobierno valenciano, especialmente de Compromís, partido que dirige con mano de hierro la educación con el objetivo de controlarla mediante la eliminación de la política de colegios concertados y la imposición del valenciano.
César Sánchez (PP), presidente de la citada institución alicantina, ha ido en vanguardia de la rebelión con la presentación de diferentes recursos ante los tribunales contra los decretos de plurilingüismo, cuyos contenidos evidencian una clara hoja de ruta nacionalista para la Comunidad Valenciana por parte de la Conselleria de Educación dirigida por Vicent Marzà, con currículum claramente pancatalanista. Como asegura Sánchez, esas actuaciones «nos llevan a atisbar un claro paralelismo con el comportamiento que en su día efectuó el Gobierno de Cataluña. A esa política hay que añadir la creación de nuevo de la televisión autonómica que ha empezado con polémica por el nombramiento de directivos con marcado carácter ideológico nacionalista, como lo demuestra su procedencia de la TV3. Si en el «procés» catalán la televisión y la educación han sido fundamentales, los pasos dados por Compromís invitan a pensar en esa misma línea. César Sánchez ha logrado dos veces que los tribunales anulen el decreto del plurilingüismo de la Conselleria de Educación, lo que llevó a Compromís a promover la aprobación en el Parlamento autonómico de una Ley con el apoyo de PSOE y Podemos. Sánchez ha conseguido un avance más, que el Gobierno de España, según afirmó Mariano Rajoy, convoque a la Comisión bilateral como paso previo a recurrir la Ley valenciana ante el Constitucional. Así es la vida.
