Son actos y decisiones aparentemente inofensivos que pueden acabar saliendo muy caros y que, según los datos a los que ha tenido acceso Acierto.com (www.acierto.com), son cada vez más habituales.
Tanto es así, y especialmente con la llegada de la crisis, que la presencia de carteles de “se vende” en las ventanillas de los vehículos se ha convertido en un habitual. Por no hablar de los insistentes panfletos adheridos al limpiaparabrisas que muchos conductores deciden lanzar por los aires durante la marcha. La multa para la primera infracción alcanza los 80 euros (la normativa depende del municipio) y afecta también a las pegatinas y adornos. Arrojar objetos a la calzada tiene un coste de 200 euros y 4 puntos del carnet.
Otra multa que oscila entre los 100 y 200 euros es la que recae sobre aquellos conductores que no llevan a su mascota correctamente en el coche (es decir, que el animal no interfiera en la conducción). Lo llamativo es que el 32% prefiere dejarlo suelto por el interior del vehículo. Y casi uno de cada cuatro reconoce haberse distraído por su culpa.
Tampoco se actúa de la forma más responsable con los niños: hasta 1,2 millones de padres no usan siempre la sillita homologada. Supone 200 euros de multa.
Asimismo, tal y como apunta el comparador de seguros, dar un frenazo temerario y excesivamente brusco puede costar hasta 500 euros y 6 puntos. Pasarse con la música en una zona de descanso o en las inmediaciones de un hospital también conlleva una sanción considerable de hasta 2.400 euros si se provocan molestias y se impide dormir a vecinos y enfermos.
Los conductores motorizados también se exponen a este tipo de multas, muchas de ellas ignoradas por la mayoría. Según las cifras de la Policía Municipal de Madrid, ocho de cada diez ciclistas circulan escuchando música a través de los auriculares. Es una conducta penalizada con 200 euros que muchos desconocen y cuyas consecuencias pueden ser devastadoras. ¿La razón? Que reduce la capacidad de atención.
Además, hasta el 40% de ellos ignora la normativa que le afecta e incluso no sabe cuándo tiene que usar el casco (o no) obligatoriamente. La señalización y el tipo de luces protagonizan otras de las grandes lagunas.
Por otra parte, tal y como reflejan las cifras, los peatones corren cada vez más riesgos. De hecho, tres de cada cinco reconoce que no cruza por aquellos lugares habilitados para ello. Una práctica que puede llegar a costar entre 80 y 200 euros.
Asimismo, casi el 40% de los viandantes afirma desplazarse con la vista fija en el móvil, ralentizando el paso. Pues bien: atravesar la calzada sin causa justificada excesivamente despacio puede implicar una sanción de 80 euros. Los baremos cambian si tiene lugar un accidente de tráfico y se descubre que el peatón se encuentra bajo los efectos del alcohol y las drogas. En ese caso, se contemplan hasta 1.000 euros de multa.