Mariano Rajoy no tendrá que pedirle la dimisión después de haberle apoyado. Esta mañana la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, la mujer que pretendía librar de corrupción la Comunidad de Madrid, enfrentándose con sus antecesores, Esperanza Aguirre e Ignacio González y, denunciando la corrupción en el Canal Isabel II, ha presentado la dimisión tras la aparición de un vídeo en el que fue grabada robando en un hipermercado Eroski del Puente de Vallecas cuando era la número dos de la Asamblea de Madrid y estaba tratándose médicamente por especialistas, como cleptómana.
La cleptomanía de Cifuentes era desde hace años una leyenda urbana en el mundo político y eran conocedores de ella, muchos miembros del partido en Madrid, antes de ser nombrada Delegada del Gobierno en la Comunidad. El vídeo, que ha producido un notable escándalo, y difusión en las redes sociales, publicado por el digital Ok diario, recoge su arresto por parte de los guardias de seguridad del establecimiento perteneciente al grupo Eroski que la custodiaron hasta la llegada de dos agentes de la Policía Nacional.
Lo que, por el momento, no había conseguido el escándalo del Máster de la Universidad Juan Carlos I, regalado por el catedrático Arias Conde, a través de un chiringuito que ha facturado cientos de miles de euros al margen de la Universidad, en lo que es un auténtico nido de corrupción e intercambio de favores, ni las presiones de Ciudadanos amenazando con sumarse a la moción de censura presentada por el líder de la oposición Ángel Gabilondo, lo ha conseguido un vídeo que alguien tenía guardado desde hace siete años, y que Cifuentes creía desaparecido.
¿Fuego amigo? ¿Fuego enemigo? ¿Casualidad? ¿Pura investigación? ¿Venganza? ¿Ajuste de cuentas? Nunca lo sabremos. Al final, el robo en un supermercado de dos cremas anti age marca Olay, valoradas en 42 euros, ha sido el último clavo del ataúd que han venido construyendo, paso a paso, sus enemigos políticos, para enterrarla definitivamente.
Hay que recordar que durante meses Cifuentes ha estado espiada por detectives cuando era Delegada del Gobierno, hasta el punto que llegaron a instalar una cámara oculta a la entrada de su domicilio y que durante los últimos meses el ex secretario general del PP madrileño Francisco Granados le ha acusado de haber sido la amante de Ignacio González, ha aparecido el escándalo del Máster, mal afrontado por ella y por su directora de Comunicación y al que debió renunciar inmediatamente y, como último episodio, el de hoy, con las bochornosas imágenes de la sustracción en un supermercado situado cerca de la Asamblea madrileña en Vallecas.
Por eso tiene parte de razón cuando al anunciar su dimisión este mediodía, dando la cara además, habla de que ha sido perseguida por tierra, mar y aire, espiada y objeto de una persecución personal por muchas denuncias que ha hecho y por las que ha dicho, ha sido extorsiona. Eran muchos los agraviados... entre ellos "Compañeros de partido“, los más peligrosos de los enemigos que puede tener un político. José Oneto
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