La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, vive horas imposibles después de que Ok Diario publicase un vídeo en la que se le ve abonando a un guardia de seguridad de un supermercado de Vallecas dos botes de crema que este había descubierto en su bolso. El episodio del supuesto hurto de las cremas sucedió en 2011 cuando Cifuentes era cargo público, número dos de la Asamblea de Madrid. El supermercado se encuentra enfrente del Parlamento regional.
Nadie del equipo de la presidenta ha salido a dar explicaciones mientras en la Puerta del Sol, la sede de su Gobierno, crece la sensación de una dimisión inminente. Fuentes oficiales del Partido Popular dan por hecho que la presidenta ha citado a todo su gabinete esta mañana a las 11 pero ni siquiera está claro que sea para un Consejo de Gobierno. Entretanto, nadie del PP ha salido a defenderla esta vez. Ningún dirigente ha hecho un pronunciamiento público.
La dirigente madrileña estaba ya en una situación muy delicada tras las revelaciones de eldiario.es sobre la falsificación de su máster y sus controvertidas explicaciones en la Asamblea de Madrid, ante los medios de comunicación y en sus redes sociales para defenderse. Había ido perdiendo apoyos dentro del partido desde que estalló el escándalo, el 21 de marzo. Antes del 7 de mayo debe celebrarse una moción de censura en la Asamblea registrada por el PSOE. Toda la oposición, también Podemos y Ciudadanos, está de acuerdo en apearla de la presidencia si Cifuentes no renuncia antes.
El PP había decidido estirar la espera para meter presión a Ciudadanos y hacer ver a los votantes de centro derecha que el partido de Albert Rivera está decidido a votar junto a Podemos para derrocar a la presidenta de la Comunidad, la institución más poderosa que gobierna el PP tras el Gobierno central.
Ahora, cunde la sensación en el entorno de la presidenta de que la cuenta atrás se ha activado definitivamente. Y ya nadie se atreve a pronosticar que Cifuentes vaya a llegar al 2 de mayo, la fiesta de la Comunidad a la que había invitado a la plana mayor del partido y del Gobierno central en las últimas horas, como presidenta.
Desde que estalló la crisis de su máster, Cifuentes, que llegó al poder en 2005, no solo había decidido resistir, sino que hizo ver a su partido -cuando le llegaron las primeras presiones para que se apartase- que solo respondería ante el presidente. Frente a un sector del PP que veía cómo el partido se estaba desangrando por el escándalo del máster, Rajoy decidió aguantar y convertir cada una de sus comparecencias no en una defensa directa de Cifuentes pero al menos sí en dardos contra Ciudadanos. "Consejos vengo pero para mí no tengo", volvió a decir el presidente este martes en su rueda de prensa conjunta al lado del primer ministro turco, Binali Yildirim.
Rajoy añadió algo más en la misma comparecencia: "Lo que tenga que decirle a Cifuentes, si es que algo tengo que decirle, ya se lo diré en su día".
El PP es un hervidero de rumores y ya nadie, ni siquiera en el círculo más cercano a Cifuentes, se atreve a hacer pronósticos, más allá de admitir que la carrera política de la dirigente que se presentó como la regeneración del partido en Madrid, está triturada.