En el imaginario popular, las familias están formadas por un padre, una madre, un hijo, su hermana y un bebé. Así es la familia Simpson o la familia Dedo, que describe una canción infantil popular a la que a cada dedo se adjudica un miembro de la familia, del papá al bebé. Pero ni todos los niños tienen un padre, una madre y dos hermanos, ni todos los padres tienen un trabajo con un horario de oficina que les permite salir a las cinco de la tarde. Hay madres enfermeras que trabajan en el turno de noche, padres periodistas que escriben en un diario u otros que conducen el camión de la basura. Para ayudarles a conciliar, el próximo curso, el Ayuntamiento de Barcelona probará en una de las tres nuevas guarderías que abrirá, la Aurora, en el barrio del Raval, un horario de tarde, de 15.00 a 19.00 horas.
Esta escuela infantil, tendrá también un grupo de mañana, de 9.00 a 13.00 horas, y un servicio de espacio familiar socioeducativo con atención específica para las familias con hijos en riesgo de exclusión social, que contará con 45 plazas. El comisionado de Educación, Infancia y Juventud, Miquel Àngel Essomba, concretó que esta guardería no estará incluida en el proceso ordinario de preinscripción y accederánlas familias que hayan quedado en lista de espera en su área de influencia.
Esta nueva escuela infantil es una de las tres que se estrenan el próximo curso. En este caso, abrirá sus puertas en enero de 2019. Las otras dos son la Canòdrom, en el barrio de Congrés-Indians, y la Encants, en la Sagrada Familia, con 87 plazas cada una. Con la apertura de estas tres guarderías, Barcelona llega a los 101 centros. «Supera la cifra de las cien guarderías municipales y se convierte en la ciudad española con mayor número de guarderías públicas», dijo orgullosa la teniente de alcalde Derechos Sociales, Laia Ortiz. Pese a liderar ránkings, Barcelona sigue teniendo barrios como Sant Gervasi-Galvany o Les Tres Torres, que no tienen guarderías municipales. Y el año pasado, más de 4.000 familias se quedaron sin plaza. La intención del Ayuntamiento de Barcelona es abrir siete escuelas de educación infantil los próximos tres años. «Nuestro objetivo es que la oferta pública supere a la privada», aseguró Ortiz.
El precio de las guarderías «seguirá dependiendo de la renta familiar y continuará aplicándose la tarifación social porque beneficia al 70% de las familias, que pagan lo mismo o menos», añadió Ortiz, que denunció que «la Generalitat sigue sin aportar las subvenciones por guarderías, cuando la educación pública debería ser corresponsable».
Las guarderías aplicarán proyectos de innovación pedagógica relacionados con materias como la música, las matemáticas y sobre todo como elemento dinamizador de los barrios.
