Que Cuba tenga hoy un nuevo presidente no es solo el resultado de un proceso de elección. Hay mucho de responsabilidad, de simbolismo, en el tránsito de esa generación histórica a otra, que no se curtió entre montañas ni bajó de la sierra con un triunfo peleado; pero que ha crecido como salvaguarda y, sin apartarse del camino, se ha dispuesto a fundar, a transformar, a conquistar…