La falsificación de currículums o el hincharlos para acceder a puestos parece algo habitual entre la clase política. Licenciaturas, doctorados, cursos y máster. A la falsa licenciatura en Matemáticas del líder del PSM-PSOE, José Manuel Franco, se suman la ingeniería, en realidad técnica del número dos en el Congreso de los Diputados por Ciudadanos, Miguel Gutiérrez, la abogacía ejercida sin colegiar de César Zafra, diputado de Cs en la Asamblea de Madrid, el doctorado de Pilar Rahola (ERC) o la licenciatura de Carles Puigdemont (JxCat) o Tomás Burgos (PP). Tampoco Toni Cantó es pedagogo, como había reseñado. Ganas de presumir o conseguir un puesto en un país que ha sucumbido a la titulitis.
Pero si a ello le sumas un posible caso de nepotismo, la cosa parece un poco más grave. Corría el año 2015 y Ciudadanos celebraba las primarias para decidir quién concurriría en las listas al Congreso de los Diputados. Unas primarias que se celebraron el 18 de julio de 2015 y que Virginia Millán Salmerón, quien se había afiliado pocos meses antes al partido, ganó.
Pero es entonces, en 2015, cuando presentó un currículum en el que se podía leer que tenía experiencia laboral como abogada penal, civil, mercantil, contencioso-administrativo y de asesoramiento fiscal durante cinco años: “abogada con más de cinco años en el ejercicio de la profesión”. Millán se colegió como abogada a finales de 2011, lo que hace imposible el lustro de abogacía, ya que el Estatuto General de la Abogacía establece la colegiación como obligatoria. En la declaración de bienes presentada en el Congreso correspondiente al año 2014 declaró ingresos de “0 euros”. En 2015 declaró unos ingresos de 1.700 euros por tres meses de trabajo.
La falsificación fue denunciada por la ex concejal de Ciudadanos Ana López, pero el todopoderoso secretario de organización de Ciudadanos, Fran Hervías, número tres de la formación naranja y pareja de Millán pedía flexibilidad en la interpretación del reglamento del partido (en los que figuraba dicha falsificación como motivo de expulsión) y replicaba que no había que ser estrictos en materia de currículums. “Quizá haya hecho prácticas o algo”, contestaba a los militantes por la red social Whatsapp. “Debemos aplicar un poco de sentido común, iremos mejorando entre todos”, decía para justificar el pasar por alto el reglamento.