Los nuevos Presupuestos Generales del Estado se han hecho esperar, y aunque no se hayan aprobado, han traído algunas buenas noticias. Una de las que más alegría ha despertado es el aumento del gasto en infraestructuras en un 12,7% respecto a los presupuestos anteriores, en los que la inversión en obra pública sólo fue de 7.540 millones de euros, el mínimo registrado desde 2007. La crisis económica originó un descenso del gasto público con un objetivo claro, la rebaja del déficit, que en 2009 suponía el 11% del Producto Interior Bruto. El presente ejercicio cerrará este índice con sólo un 2,2% del PIB, según las previsiones de la Asociación de Empresas Constructoras y Concesionarias de Infraestructuras (Seopan), y con esta mejoría se prevé que el gasto del sector público se recupere en los próximos años.
La evidencia está en el último trimestre. El Grupo Fomento, dependiente del Ministerio que dirige Íñigo de la Serna, licitó en dicho periodo obras por un valor 132,7% superior a la misma etapa del ejercicio pasado.