Sentada en una silla de madera hecha por su padre, mientras su mamá ponía un disco de Juan Manuel Serrat, Katia Cardenal con 10 años de edad sintió que algo le estremeció el cuerpo, pues recuerda que al escuchar atentamente las melodías del cantante español sintió que quería dedicar su vida entera a la música.
“Sentí que me movió el piso, me movió el corazón, me movió el alma y tengo esa imagen en mi memoria, pero más que eso recuerdo ese sentimiento que me hizo decir: eso es lo que yo soy, eso es lo que yo quiero ser, eso es lo que yo quiero hacer”, relató la artista.
Katia desde que era una adolescente aprendió a tocar guitarra, teniendo como mentores a sus padres.
Su primera presentación en público fue con el coro del colegio Teresiano en 1978, cuando tenía 15 años.
En el 80, el padre de la artista le pidió que le cantara a su hermano, Salvador Cardenal, Katia empezó a entonar las letras de la canción “Flor de mi colina”, de Camilo Zapata, a lo que su hermano respondió “solo me quedó viendo y me dijo hagamos un dúo y ahí empezó el Dúo Guardabarranco”.
En 1983, Cardenal escribe su primera canción dedicada a un amor que la “enamoró perdidamente”.
“Casi todas mis canciones en esa época eran de cabanga, pero yo las escondía porque era una época de un cambio social en Nicaragua, por lo que optaba por cantar con mi hermano sus canciones, las cuales contenían mensajes que motivaban”, confiesa.
Los primeros temas de su autoría los grabó en el disco “Si buscabas”, el segundo álbum del Dúo Guardabarranco; “la primera canción grabada fue con una temática social y la segunda fue “Luna”, dedicada al mismo hombre. Fue un amor a los 20 años, no era el amor romántico de los 15 o 18, era un amor más de mujer. Fue lindo y fue triste, pero eso me hizo hacer canciones y eso fue muy fructífero”, contó entre risas.
Para Katia el nombre Dúo Guardabarranco la identificó como mujer, cantante y compositora porque “es un pájaro que no se puede poner en una jaula, porque pega contra los barrotes y muere, y nosotros siempre hemos pensado que el ser humano debe ser libre en sus pensamientos, sentimientos y era como un símbolo muy bonito para lo que nosotros queríamos cantar, a veces me pongo a pensar que siendo tan chavalos teníamos una visión clarísima de lo que queríamos hacer, cantarle a la tierra, al respeto, a la humanidad y sin partidos”.
Katia a sus 55 años opina que ha sido grandemente bendecida, “en Nicaragua somos pocos los músicos que nos dedicamos ciento por ciento a la música y podemos vivir dignamente. Cuando uno hace lo que lo hace feliz, el mundo te da de vestir, la naturaleza te da de comer”, a lo que agrega que sus momentos más felices los vive a diario, “lo más gratificante se me da todos los días porque hago lo que me gusta, eso es un regalo que recibo a diario, a veces estoy en la casa y puedo decir: qué alegre puedo comer con mis hijos todos los días”.
La cantautora, nombrada también como la pionera de la canción ecológica, durante cuatro décadas dedicadas completamente a la música ha compuesto temas inspirados en el amor, en el medioambiente, en sus hijos y en Dios.
La intérprete de “Mariposa de alas rotas” actualmente trabaja en el álbum “Basta un suspiro”, el cual reúne canciones espirituales de su autoría, estas se originaron cuando Cardenal perdió a su hermano, su papá, y en el proceso de divorcio con su segundo esposo. “Fue una época muy dura para mí y fue muy lindo orar y que la oración se volviera una canción, un clamor, una alabanza”, explicó.
El concierto que festejará en grande los 40 años de carrera musical se realizará el 3 de mayo en la Sala Mayor del Teatro Nacional Rubén Darío (TNRD). La noche estará llena de un repertorio que recogerá los éxitos de la artista y del Dúo Guardabarranco. Además, no faltarán temas de Silvio Rodríguez, los cuales pertenecen a su álbum más vendido a nivel nacional “Sueño de una noche de verano”.
Con 25 discos grabados, Katia menciona que cumplir 40 años es algo increíble, “tengo mis canciones de amor, mis canciones ecológicas, mis canciones, como mujer, mis canciones espirituales, es como un todo que no sé cómo agradecerle a la vida tantas bendiciones”.
Durante la velada, acompañarán en la música los artistas nicaragüenses, Augusto Mejía, Carlos Luis Mejía, César Rodríguez, Alejandro Vega, Omar Suazo y Nina Cardenal.