Los expertos de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), con sede en La Haya, avalaron ayer las conclusiones de las autoridades británicas sobre el ataque contra el ex espía ruso Sergei Skripal y su hija, Yulia, que fueron encontrados inconscientes en un banco el pasado 4 de marzo en la localidad inglesa de Salisbury. Tras varias semanas de análisis, la OPAQ publicó ayer un informe que asegura que tanto los Skripal como el agente de Policía que les atendió en el lugar de los hechos mostraban síntomas de exposición a un «químico tóxico». Aunque no se identifica expresamente el agente nervioso como «Novichok», de fabricación soviética, sí se da por válida la «identidad» del químico difundida por Londres. La OPAQ realizó los análisis en cuatro laboratorios distintos y todos ellos confirmaban la «alta pureza» del agente utilizado contra el ex espía y su hija. Esta última se encuentra en una localización «segura», protegida por las autoridades británicas después de haber recibido el alta el pasado lunes. El ministro de Exteriores, Boris Johnson, celebró en un comunicado que la OPAQ haya «confirmado» la tesis de Londres y volvió a señalar a Moscú como responsable, ya que considera que «no hay otra explicación alternativa», a pesar de las insistentes negativas de las autoridades rusas. «Sólo Rusia tiene los medios, los motivos y el historial», apostilló. Boris Johnson explicó que su Gobierno recurrió a la OPAQ como gesto de «transparencia» y porque, «al contrario que los rusos», no tiene «nada que esconder». Ahora, añadió el ministro, «el Kremlin debe dar respuestas» a las sospechas que se ciernen sobre él. El Ejecutivo de Theresa May se reunirá con el consejo ejecutivo de la OPAQ el próximo miércoles para «discutir los siguientes pasos». No obstante, Johnson adelantó ayer que Londres trabajará «incansablemente» con sus aliados para que no vuelvan a utilizarse agentes como el usado en el «intento de asesinato». En este sentido, el Gobierno solicitó ayer una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU para analizar expresamente el informe de la OPAQ. «Esperamos que tenga lugar la próxima semana», publicó en Twitter la representación británica ante Naciones Unidas. Por su parte, el jefe de la agencia de Inteligencia británica GCHQ, Jeremy Fleming, se refirió ayer por primera vez a la polémica y, al igual que el Ejecutivo de Theresa May, también señaló a Moscú, al considerar que el ataque demuestra «lo temeraria que está dispuesta a ser Rusia».