Mientras Damasco y sus aliados Irán y Rusia se preparan para un eventual ataque occidental, los avances militares del régimen siguen su curso. En la localidad de Duma, que supuestamente fue bombardeada hace una semana por Bashar Al Asad con gas tóxico, las fuerzas del régimen celebraron ayer la liberación del último reducto rebelde en Damasco. En relación al acuerdo de rendición suscrito entre Moscú y el Ejército del Islam el domingo, que tras semanas de resistencia no le quedó más remedio que aceptarlo, agentes de la Policía rusa se desplegaron en la ciudad como la única Fuerza de Seguridad por el momento.
El Ministerio ruso de Defensa informó de que las tropas gubernamentales sirias habían tomado completamente Duma y aseguró que «a partir de hoy en la ciudad actúan unidades de la policía militar de las Fuerzas Armadas de Rusia». Precisamente, una de las exigencias de los islamistas era formar parte de un consejo civil y participar en la nueva Policía que se desplegaría en Duma. Pero la derrota se precipitó y la facción islamista tuvo que ceder con el pacto.
El acuerdo también contemplaba que el Ejército del Islam entregue sus armas medianas y pesadas, y que se ice la bandera siria en las instituciones de Duma, y así se hizo. «La bandera estatal alzada sobre un edificio en la ciudad de Duma ha proclamado el control sobre esta localización y, por lo tanto, sobre todo el este de Guta», abundó el general Yuri Yevtushenko, jefe del Centro de Paz y Reconciliación de Rusia en Siria.
En la tarde de ayer, salieron los últimos autobuses con combatientes del Ejército del Islam y sus familiares que se dirigieron hacia el norte de Siria. También se esperaba ayer la llegada del primer equipo de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) que visitará Duma.
Mientras, en Damasco, Asad se reunió ayer con el responsable iraní, Alí Akbar Velayati, consejero del líder supremo iraní, Alí Jamenei, para tratar la eventual intervención militar estadounidense en Siria. A este respecto, el mandatario sirio declaro que «las victorias logradas sobre el terreno vienen con voces de algunos Estados occidentales y la intensificación de sus movimientos en un intento de cambiar el curso de los acontecimientos».
Si bien hasta ahora se trata de una guerra dialéctica, la opción de que las amenazas de Trump se vayan a materializar está sobre la mesa. Rusia suavizó ayer su tono y enfatizó que el canal de enlace entre los militares rusos y estadounidenses en Siria para evitar incidentes está activo, en palabras del portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.